Lo que en un principio iba a ser una gran fiesta de cumpleaños, acabó de la peor de las maneras por un experimento con hielo seco. Ekaterina Didenko, una joven influencer rusa, invitó a 20 personas a celebrar su cumpleaños en un complejo de baños en Moscú, la capital rusa.
Los invitados, vestidos con trajes de plástico y gafas protectoras, vertieron un total de 25 kilos de hielo seco en la piscina. Todo con el objetivo de crear un «efecto humo». Todo iba bien hasta que pasados unos minutos algunos invitados se metieron en las piscinas, sin pensar en las terribles consecuencias que esto podría tener.
Tres personas, entre ellas el marido de la influencer y cumpleañera, fallecieron como consecuencia de un edema pulmonar. Dos de ellos murieron al momento, mientras que el marido de Ekaterina lo hizo varias horas después en el hospital. Además, un total de siete personas continúan hospitalizadas con pronóstico grave por las quemaduras químicas en la piel.
¿Qué ocurrió? El hielo seco, en su estado natural es gaseoso. Además, su temperatura de sublimación es de -78,5 grados centígrados. Por lo tanto, además de congelar la piel por las consecuencias químicas, también provoca la liberación de dióxido de carbono. Si se vierte en un lugar cerrado, como fue el caso, el riesgo de asfixia es muy alto.
Además de por el experimento con hielo seco, la influencer rusa está siendo muy criticada por cómo ha reaccionado al fallecimiento de su marido y de otros dos invitados. Sólo unos días después del accidente publicó en sus redes sociales varios vídeos acompañada de sus hijos, en los que aparecía llorando mientras los más pequeños le preguntaban dónde estaba su padre.