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El extraño pero efectivo truco del trapo en el lavavajillas

El lavavajillas es uno de los electrodomésticos más utilizados en el hogar por el amplio abanico de beneficios que ofrece. Al utilizar agua muy caliente, permite la eliminación de bacterias y gérmenes de los platos y utensilios de cocina de forma mucho más efectiva que lavándolos a mano.

A esto hay que sumar que optimiza y reduce el consumo de agua, lo cual es un gran punto a favor en un momento como el actual, en el que España sufre la peor sequía en décadas por la escasez de lluvias y las altas temperaturas. Por supuesto, no hay que olvidar que el lavavajillas supone un gran ahorro de tiempo.

¿Cómo utilizar el lavavajillas?

Para que este electrodoméstico funcione como es debido y los platos y utensilios de cocina se limpien adecuadamente, es fundamental seguir las instrucciones del fabricante. Además, hay algunos trucos que pueden resultar muy útiles.

El primer es echar un chorro de vinagre de limpieza antes de poner en marcha el ciclo de lavado. El vinagre ayuda a mejorar el olor del lavavajillas y, además, da brillo a la cristalería y hace que se seque antes.

El segundo, relacionado con el secado, consiste simplemente en introducir un paño de cocina y colocarlo en el interior del lavavajillas, ayudándonos con la puerta para que no se caiga, una vez ha finalizado el programa. Lo dejamos media hora y lo vacíamos. De esta manera, conseguimos que el trapo coja la humedad del lavavajillas y todo lo que hay dentro se secará mucho antes.

Trucos de limpieza

Si queremos que el lavavajillas funcione bien durante mucho tiempo, debemos prestar especial atención a su limpieza. Lo primero es limpiar el filtro, para lo cual debemos desenroscarlo y ponerlo a remojo en un recipiente con dos tazas de agua caliente, dos tazas de vinagre blanco y el zumo de medio limón durante media hora.

A continuación, debemos limpiar el lavavajillas por dentro. Para ello, vertemos dos tazas de vinagre blanco de limpieza en el interior del electrodoméstico y dos cucharadas de bicarbonato de sodio en el cajetín del detergente. Luego, programamos un ciclo de lavado a 60 grados de temperatura.

Una vez limpio el interior del lavavajillas, debemos repasar la junta de la puerta y las gomas, que acumulan mucha suciedad y grasa. Para que las gomas queden impolutas lo mejor es mezclar agua fría con un chorrito de lejía y limpiarlas con una esponja.


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