La estadounidense Allison Fluke-Ekren organizó y dirigió un batallón militar exclusivamente femenino en las filas del Estado Islámico (ISIS, en sus siglas inglesas), ha informado el Departamento de Justicia este sábado. Una denuncia presentada en 2019 en el tribunal federal del Distrito Este de Virginia, acusa a la mujer, que viajó a Siria para enrolarse en la organización yihadista, de proporcionar y conspirar para proporcionar apoyo material al ISIS. Fluke-Ekren, de 42 años, llegó supuestamente a presentar al líder del autodenominado califato, Abubaker al Bagdadi, planes para atentar contra una universidad estadounidense sin precisar que finalmente no se concretaron al quedarse embarazada. Su esposo, comandante de los francotiradores en Siria en 2014 y cuya identidad no ha sido revelada, resultó muerto en un bombardeo contra posiciones del ISIS. La pareja se conoció en EE UU y llegó al país árabe con 15.000 dólares para comprar armas.
La acusada, que fue detenida en Siria en una fecha indeterminada, fue puesta a disposición del FBI este viernes y posteriormente trasladada a Virginia. Se espera que comparezca en el juzgado federal de Alexandria el lunes a primera hora de la tarde. Originaria de Texas, donde fue profesora, la mujer estuvo involucrada en actividades tales como la planificación y el reclutamiento de agentes para un potencial ataque contra un campus universitario dentro de Estados Unidos. También fue la líder del batallón Khatiba Nusaybah, que entrenaba a mujeres en el uso de rifles de asalto AK-47 y granadas y en la comisión de atentados suicidas mediante cinturones de explosivos. También instruyó a menores en el uso del Kaláshnikov. Uno de los testigos explicó que los líderes del ISIS y los responsables militares estaban orgullosos de tener una instructora estadounidense.
Basada en el testimonio de seis personas, la demanda establece que la acusada estuvo activa entre 2014 y 2017. En ese periodo, la mujer indicó también su intención de volar un centro comercial de su país con un coche bomba, pues consideraba que un atentado que no matase a un gran número de personas era un desperdicio de recursos. Inspirada en los atentados del ISIS que golpearon varias capitales europeas, Fluke-Ekren aspiraba a replicar los golpes en su país de origen, según uno de los testigos de la fiscalía.
A finales de 2016, la estadounidense había llegado arriba en la cadena de mando del ISIS gracias a los servicios prestados como responsable de la Khatiba, formada únicamente por esposas de combatientes del ISIS. Según uno de los testigos, la dirección del autodenominado Estado Islámico ordenó a las mujeres que se quedaron en Raqa durante el asedio de 2017, para continuar con el entrenamiento. La ofensiva fue lanzada por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) para expulsar a los yihadistas de la antigua capital de facto del califato en Siria (la otra era Mosul, en Irak, donde fue proclamado). La batalla comenzó en junio y concluyó en octubre de 2017, momento en el que las FDS recuperaron el control de la arrasada ciudad.
El descubrimiento de que una ciudadana estadounidense llegó a escalar en las filas del ISIS se produce la misma semana que el ISIS resurgía en Siria, con un prolongado asalto contra una cárcel en la que estaban internos gran número de combatientes de la organización. Aunque la identidad del marido de Fluke-Ekren no ha sido revelada, el caso de la mujer es uno más entre las ciudadanas extranjeras asimiladas al ISIS, la mayoría de las cuales ha acabado, junto con sus hijos, en campos del noreste sirio tutelados por las fuerzas kurdas. Varios de los nombres de guerra que usó Fluke-Ekren la presentan como madre, entre otros, de Mohamed y Jabril. Se ignora el paradero de los menores.
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