Todos hemos seguido alguna vez el Festival de Eurovisión y quien diga que no, miente. Y es que el concurso puede presumir de ser el evento no deportivo más seguido del mundo. Pero ni la Superbowl, ni la final de la Champions y ni mucho menos el Clásico Barça-Madrid, consiguen agrupar a más público delante del televisor. Con más de 200 millones de espectadores, el certamen musical tan sólo es superado cada cuatro años por la final del Mundial de fútbol. Los “our twelve points goes to…” (nuestros 12 puntos son para…) de Eurovisión consiguen acaparar el minuto de oro año tras año. El público, bandera en mano con la ilusión de ver ganar a su mayor ídolo, no se despega de la pantalla. Después de la entrega de todos los puntos, y con los nervios a flor de piel, los eurofans siguen al detalle quién entra en la historia del Festival y consigue levantar el ansiado micrófono de cristal que tanto cuesta de ganar.
Laura Pausini presentará la final junto a sus compatriotas Mika y Alessandro Cattelan
Italia no ha podido elegir a mejores presentadores para esta edición de Eurovisión. Con el permiso de todos los representantes, Laura Pausini, acompañada del cantante Mika y el presentador Alessandro Cattelan, será la gran estrella de la noche. Después de tantos años triunfando por todo el mundo, en la lista de “cosas por hacer” de la cantante italiana tan sólo le faltaba ser la maestra de ceremonias de Eurovisión: “Me estaba preguntando qué hacer después de hacer tantas cosas y llegó esta propuesta. Es un honor para mí y para mi país”, asegura la presentadora a Mundo Deportivo.
En la gran final, Laura Pausini llenará de música el Pala Alpitour de Turín con una actuación en la que repasará sus grandes éxitos desde sus inicios en el Festival de San Remo hasta ahora.