Hace más ciento diez años (en 1911), salió de las fábricas de Fiat en Lingotto el primer ejemplar del S76, un coche de carreras (o más bien de récord) equipado con un motor de gasolina de 4 cilindros y más de 28 litros de cilindrada, capaz de entregar 300 CV y un (increíble) par motor de 2.300 Nm, que triplicaba el de un super deportivo como el actual Ferrari SF90. Descubramos más sobre el Fiat S76, un coche que fue apodado como ‘La Bestia de Turín’.
Fiat S76, así fue ‘La Bestia de Turín’
Fue lógico definir precisamente este modelo , del que se produjeron sólo 2 unidades, como la ‘Bestia de Turín’, porque la estética de este coche de carreras, o más bien récord, estaba condicionada precisamente por las dimensiones ciclópeas del motor 4L, en el que cada pistón ofrecía una cilindrada unitaria de 7088 cc, que es el equivalente al V8 del Corvette actual.
La misión de este modelo, nacido en un momento de gran ‘competencia’ entre los fabricantes de automóviles, era resaltar la superioridad tecnológica e industrial de la Fabrica Italiana Automobili Torino, que se había convertido en el mayor fabricante de automóviles de Italia y se imponía en las competiciones. El Grand Prix S74 de 14 litros había ganado carreras en Europa y América, pero la industria alemana había logrado grandes resultados con el Blitzen Benz de 200 HP y 21,5 litros. El Fiat S76 fue diseñado para este desafío y logró el éxito de inmediato, porque en el año de su presentación, en 1911, conquistó el récord de velocidad en la milla lanzada a 116 mph (es decir 187 km/h) por una recta en la playa de Saltburn, Inglaterra.
Y en 1913 gracias al segundo ejemplar, que fue comprado por el príncipe ruso Boris Soukhanov, la ‘Bestia de Turín’ rozó los 213 km/h en el kilómetro de carrera unidireccional conducido por el piloto franco-estadounidense Arthur Duray en la recta de Ostende, en Bélgica.
Fue el propio Soukhanov quien usó el Fiat S76 en otros eventos dedicados al rendimiento absoluto, acabando en un naufragio a principios de la década de 1920 mientras se realizaban las pruebas de un desafío en Australia. A raíz de este accidente se perdieron los rastros hasta los años 50 cuando un tal Stuart Middlehurst compró el chasis (sin motor) de lo que debería haber sido un Fiat de carreras (un S74) pero equipado con motor Stutz. A principios de los años 80, un ávido coleccionista australiano compró los restos del naufragio convencido de que se trataba del raro S76. Sin embargo, después de 15 años de intentos, tuvo que abandonar el proyecto y poner a la venta lo que estaba guardado en distintas cajas. En 2002, el actual propietario, el inglés Duncan Pittaway, entró en escena y logró encontrar un motor S76, ruedas y muchas partes del chasis, incluso ‘explorando’ días y días los viejos almacenes de Fiat en Turín. El resultado fue lograr una ‘Bestia’ en perfecto estado 110 años después.
Source link