Yevgueni Baréyev (Yemanzhelinsk, Rusia, 1966) fue campeón del mundo sub-16 en 1982, 4º en la lista absoluta de 2003, miembro de las selecciones nacionales de la URSS, Rusia y Canadá (donde reside desde 2015), uno de los analistas principales (junto al español Miguel Illescas y el francés Joel Lautier) de Vladímir Krámnik cuando destronó a Gari Kaspárov (Londres, 2000) y vencedor de numerosos torneos. Es uno de los talentos más brillantes de los últimos años de la escuela soviética (la URSS desapareció en 1991); por tanto, su preparación incluyó el estudio profundo de los grandes campeones, desde el siglo XIX, algo que ha desaparecido hoy de muchos planes de entrenamiento, porque se estima que es más eficaz trabajar con máquinas.
Cabe deducir que la partida de este vídeo -Premio de Belleza de uno de los mejores torneos de la historia, Linares 1994- no sería tan bella y espectacular sin esa formación en los clásicos de Baréyev. Por otro lado, esta joya nos reafirma en una idea ya glosada en El Rincón de los Inmortales: en ajedrez, el error es la madre de la belleza. El joven Véselin Topálov (luego campeón del mundo) comete, a los 19 años, un fallo de concepto en la apertura, y Baréyev lo transforma en una obra de arte.
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