El fiscal Stampa se juega su puesto tras años de investigar a una mafia policial


El fiscal Ignacio Stampa se juega hoy su plaza en Anticorrupción, donde lleva más de tres años en comisión de servicio investigando al comisario jubilado José Manuel Villarejo dentro de una de las mayores causas judiciales por corrupción de la democracia. Vox, el propio Villarejo y el abogado despedido de Podemos, José Manuel Calvente, le atribuyen una supuesta relación con una abogada del partido de Pablo Iglesias. Stampa opta a una de las ocho plazas de Anticorrupción y su futuro depende de la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, una vez sean oídos los integrantes del Consejo Fiscal.

El Consejo Fiscal es un órgano cuyo criterio no es vinculante y en el que se encuentran representadas la conservadora Asociación de Fiscales, a la que pertenece el propio Stampa, y la Unión Progresista de Fiscales.

En la situación de Ignacio Stampa se encuentran otros siete fiscales de Anticorrupción, pero su caso resulta singular por la importancia de las investigaciones sobre las actividades ilícitas del comisario jubilado Villarejo, en prisión desde hace casi tres años, y sobre otros exmiembros de la cúpula policial. El fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón, ha defendido a Stampa, que ha presentado su candidatura a una de las ocho plazas de dicha Fiscalía que han salido a concurso.

Del equilibrio final que se desprenda de estas designaciones puede depender la postura de las asociaciones profesionales de los fiscales, que tienen sus candidatos para cada puesto. Tres de los cuatro fiscales del procés —Javier Zaragoza, Consuelo Madrigal y Jaime Moreno— han pedido una de las plazas de fiscal jefe de lo Penal del Tribunal Supremo. La otra ya la desempeña Fidel Cadena, el cuarto miembro del ministerio público que intervino en dicha causa.

El gesto de Navajas

Fueron precisamente unas declaraciones del teniente fiscal del Tribunal Supremo, Luis Navajas —quien forma parte del Consejo Fiscal—, las que más elevaron la temperatura del debate interno en vísperas de la cadena de nombramientos que hoy se va a decidir. Navajas acusó primero a Stampa de un comportamiento reprobable por sus supuestas relaciones con la abogada de Podemos Marta Flor Núñez y afirmó que el asunto le daba “asco”. Pero a las pocas semanas se retractó por medio de una carta en la que calificaba de extremadamente desafortunadas sus anteriores manifestaciones y pedía disculpas.

El gesto de Navajas se interpreta en la propia Fiscalía como un intento de desbrozar el camino ante la reunión del Consejo Fiscal de hoy. En dicho entorno predomina el criterio de que Stampa podrá permanecer en Anticorrupción, ya con una plaza fija, y continuar su investigación sobre Villarejo, que ha venido desarrollando junto al también fiscal Miguel Serrano.

Fuentes del ministerio público niegan que haya motivos para que la fiscal general se abstenga en este asunto. En primer lugar, porque no se trata de fijar la postura de la Fiscalía General sobre el fondo de un caso judicial. Y luego porque en nada supone una incompatibilidad el hecho de que su pareja, el exjuez Baltasar Garzón, dirija el bufete de abogados que defiende a tres de los exaltos cargos policiales investigados por Stampa. Tanto en la Asociación de Fiscales como en la Unión Progresista de Fiscales impera en todo caso cierta desazón y perplejidad ante el preludio del Consejo Fiscal.

Varios consejeros van a pedir información a la fiscal general en torno a este caso y sobre si existe alguna investigación a Stampa. Delgado ha consultado con Luzón en torno a la idoneidad de que Stampa continúe en esta institución especializada. El fiscal jefe de Anticorrupción jamás ha mostrado reservas al respecto, sino todo lo contrario.


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