Los ministros de Exteriores del G-7 hicieron este jueves un llamamiento al régimen talibán para que “garantice el tránsito seguro” de todos los nacionales extranjeros y colaboradores afganos de los países aliados que desean abandonar el país. La petición se incluye en el comunicado al término de una reunión celebrada por videoconferencia, que presidió el jefe de la diplomacia británica, Dominic Raab.
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Los cancilleres de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia y Japón, además del alto representante de la Unión Europea y el anfitrión británico en calidad de presidente del G-7, abordaron la “gravedad de la situación”, con la suma de muertes y desplazados que aumenta desde la retirada de las tropas aliadas, la huida del gobierno afgano y el retorno del poder talibán a Kabul justo en vísperas del 20 aniversario del atentado islamista contra la Torres Gemelas de Nueva York y otros enclaves estadounidenses.
Los asistentes respaldaron la declaración del Consejo de Seguridad de la ONU que, en su reunión de urgencia del 16 de agosto, pidió el “cese de todas las hostilidades y el establecimiento, mediante negociaciones inclusivas, de un nuevo gobierno” en Kabul, que sea “unitario, inclusive y representativo”. Los líderes internacionales remarcaron en el mismo comunicado de prensa el requisito de que el nuevo poder afgano incluya “la participación completa, equitativa y significativa de mujeres”.
Los representantes de Exteriores del G-7 afirmaron este jueves el compromiso de sus gobiernos con “negociaciones inclusive sobre el futuro de Afganistán y la necesidad de respetar la ley humanitaria internacional”. Subrayaron en este punto la necesidad de proteger al “personal médico y humanitario, intérpretes” y otros colaboradores de los aliados. Y expresaron inquietud sobre informaciones de que se están produciendo “represalias violentas” en algunas zonas del territorio ocupado por los talibanes y exigieron protección para toda la población civil.
“Los talibanes deben asegurar que Afganistán no se convierta” en patrón y sede de una “amenaza terrorista a la seguridad internacional”, según afirman los ministros en el comunicado final. La creación de rutas seguras de asentamiento para los refugiados afganos también se abordó en la videoconferencia, así como la urgencia de acordar una estrategia internacional con los principios políticos y la ayuda humanitaria requerida dentro del país y en la región asiática. Esta propuesta, que Londres aplicó durante la guerra de Siria, se extenderá ahora hasta cubrir un máximo de 20.000 afganos vulnerables que el Gobierno de Johnson acogerá “a lo largo de los años”.
El encuentro de Exteriores sirvió de antesala de la reunión virtual de líderes del G-7, que el primer ministro Boris Johnson quiere presidir la semana próxima en su papel como presidente rotativo del club de fuertes economías mundiales, más la UE.
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