El G20 cree que el crecimiento global se recuperará “moderadamente” en lo que resta de este año y en 2020, aunque sigue vigilando de cerca las “tensiones comerciales y geopolíticas” que están ralentizando la economía mundial.
Ésa es una de las principales conclusiones del comunicado aprobado al final de la reunión de dos días que mantuvieron en la ciudad japonesa de Fukuoka los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20.
La reunión sentó a la misma mesa a los representantes de Estados Unidos y de China, enfrentados desde el año pasado en una guerra comercial propiciada desde la Casa Blanca, que, sin embargo, no se menciona para nada en el comunicado final, aunque sí sus efectos.
“El crecimiento global parece estar estabilizándose, y en términos generales se proyecta que mejorará moderadamente en los próximos meses y en 2020”, dice la primera frase del comunicado final, que incluye los 14 puntos debatidos durante la reunión.
“Sin embargo, el crecimiento se mantiene bajo y los riesgos siguen inclinados hacia el descenso. Más importante aún, las tensiones comerciales y geopolíticas se han intensificado”, dice el texto del comunicado.
La reunión es previa a la cumbre del G20 que se desarrollará el 28 y 29 de junio en la ciudad japonesa de Osaka, donde, aparentemente, un diálogo a alto nivel entre Estados Unidos y China permitirá avanzar para cerrar el capítulo de su guerra comercial.
Hubo unos tanteos de alto nivel entre el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, en la reunión que mantuvo el sábado con el gobernador del Banco Popular de China (central), Yi Gang, en un diálogo que el primero calificó de “constructivo”.
Pero ya desde un día antes Mnuchin había aclarado que no se trataría de una “reunión para negociar”, y que en todo caso los resultados se verían en Osaka cuando coincidan los presidentes de ambos países, el estadounidense Donald Trump y el chino Xi Jinping.
Los representantes de los países del G20 coincidieron en destacar su voluntad de “continuar los riesgos” derivados por las tensiones comerciales y geopolíticas no precisadas, y “estar listos para adoptar futuras acciones”, tampoco explicadas.
Tampoco dio muchas pisas el ministro anfitrión, el japonés Taro Aso, sobre qué medidas se podrían adoptar posteriormente, pero sí dejó claro que, como es tradición, no podía confirmar si alguien en la reunión había criticado abiertamente a Estados Unidos.
Aso, sin embargo, si mencionó algunos de los riesgos geopolíticos a los que aludía el comunicado final, y citó entre ellos Crimea y Venezuela, aparte de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, de las que “todo el mundo está hablando”, afirmó.
“En lugar de enfocarnos en un país, lo estamos haciendo en la tendencia”, insistió el ministro de Finanzas de Japón. “No podemos identificar por separado un tema específico”, insistió.
Sí fue más contundente el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, quien dejó claro que en los debates “se ha mostrado una gran preocupación sobre el riesgo de una guerra comercial entre Estados Unidos y China”.
“Todos los países hemos llamado a rebajar las tensiones entre ambos, y hemos urgido a hacer todo lo posible por evitar una guerra comercial que tendría un impacto negativo duradero y profundo sobre el crecimiento”, agregó el ministro francés.
Y es que, como reconoce el comunicado final, “el comercio internacional y las inversiones son importantes máquinas de crecimiento, productividad, innovación, creación de empleo y desarrollo”.
El documento recoge, entre otros puntos, la reducción de los desequilibrios globales de cuenta corriente, pero también alerta sobre otros elementos que pueden llegar a romper esa tendencia.
“Los factores subyacentes en los excesivos desequilibrios pueden incluir el exceso en el ahorro de las corporaciones, políticas fiscales sin calibrar y las barreras al comercio de bienes y servicios”, dice el texto final.
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