Arne Schönbohm, presidente de la BSI, en una conferencia de prensa en Bonn el pasado agosto.Rolf Vennenbernd (AP)
La polémica desatada en Alemania después de que un conocido periodista de televisión dedicara uno de sus programas al jefe de la agencia de ciberseguridad del país se ha cobrado la cabeza de Arne Schönbohm, el controvertido presidente de la Autoridad Federal de Seguridad Cibernética (BSI, en sus siglas en alemán). La ministra del Interior, Nancy Faeser, le ha destituido este martes por sus presuntos vínculos con los servicios secretos rusos. Las acusaciones contra Schönbohm, de 53 años, han “dañado permanentemente la necesaria confianza del público en la neutralidad e imparcialidad” de quien ocupaba hasta ahora el puesto más destacado en la lucha contra las amenazas cibernéticas al país, según informó un portavoz gubernamental.
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El Ministerio del Interior tenía en el radar al jefe de la BDI desde hace mucho tiempo. Se sospechaba de sus relaciones con agentes rusos a través de una polémica asociación, que él mismo fundó y administró durante unos años, llamada equívocamente Consejo de Ciberseguridad de Alemania. La difusión, el pasado 7 de octubre, de un programa satírico en la cadena pública ZDF que detallaba los antecedentes de Schönbohm convirtió en vox populi lo que hasta entonces no había trascendido de forma generalizada. Las sospechas contra el funcionario llegan además en un momento especialmente delicado a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
Pese a que su nombre parece indicar que se trata de un organismo oficial, el Consejo de Ciberseguridad de Alemania es una asociación con sede en Berlín que se califica de “políticamente neutral” y de la que forman parte distintas empresas. Una de ellas, llamada Protelion, lleva años siendo objeto de controversia. Especializada en ciberseguridad, solía operar bajo el nombre de Infotecs y se trata, según ha informado la red Policy Network Analytics, de una filial de la empresa rusa de ciberseguridad OAO Infotecs, fundada por un exempleado de la KGB, los antiguos servicios secretos soviéticos.
El Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz había pedido a Schönbohm que cortara la relación con la asociación y pusiera distancia, pero no obedeció y hace poco se le pudo ver en la celebración del décimo aniversario del Consejo. Tras la polémica provocada por el programa de humor y sátira política Magazin Royale, presentado por Jan Böhmermann, empezaron a correr los rumores de la destitución del jefe de la BDI. Era cuestión de días que sucediera lo que este martes el portavoz ha definido como la prohibición de “despachar asuntos oficiales como presidente de la BSI con efecto inmediato”. Interior señala sin embargo que a Schönbohm se le aplica la presunción de inocencia mientras se examinan “exhaustivamente” todas las acusaciones contra él.
Después del sabotaje de los gasoductos rusos Nord Stream, que transportaban gas desde Rusia hasta Alemania por el lecho del mar Báltico, Berlín y el resto de capitales afectadas de alguna forma por el suceso, como Dinamarca y Suecia, en cuyas aguas se produjeron las explosiones, han reforzado la seguridad de sus infraestructuras críticas. Alemania, preocupada además por otro sabotaje ocurrido hace unos días contra sus redes ferroviarias, está ahora revisando no solo la seguridad física, sino también la cibernética para prepararse ante ataques de lo que se conoce como guerra híbrida.
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La inquietud es todavía mayor por la sospecha de que organismos que deben garantizar la seguridad de las redes puedan estar infiltrados por servicios secretos extranjeros. Alemania ha acusado a Rusia de ciberespionaje en numerosas ocasiones en los últimos años. La excanciller, Angela Merkel, apunto públicamente al Kremlin en 2020 por un ciberataque masivo a los ordenadores del Bundestag, la cámara baja del parlamento alemán, descubierto en 2015.
El programa de ZDF reveló, entre otras cosas, que el fundador de Protelion llegó a recibir una medalla de honor de manos de Vladímir Putin, el presidente ruso, por su trabajo en ciberseguridad en Rusia. La asociación informó la semana pasada de que había expulsado a esta empresa porque las acusaciones contra ella no eran “compatibles con la lucha contra el cibercrimen y la promoción de la ciberseguridad”.
Schönbohm fue nombrado responsable de la BSI -que cuenta con 1.500 empleados- en 2016 por el entonces ministro del Interior del Gobierno de Angela Merkel, el democristiano Thomas de Maizière, y ya entonces su elección fue ampliamente criticada por su supuesta falta de preparación y por su cercanía con el sector armamentístico. En 2019 una primera investigación periodística en la televisión pública reveló que el Consejo de Ciberseguridad que fundó y presidió hasta su nombramiento para la función pública mantenía vínculos con los servicios secretos rusos.
El semanario Der Spiegel informó de que Interior ha abierto un expediente disciplinario contra Schönbohm, que declaró a la publicación que lo había solicitado él mismo: “El lunes pedí que se iniciara un procedimiento para esclarecer los hechos. Hasta el momento no sé qué comprobaciones ha hecho el ministerio y cuáles son las alegaciones concretas en mi contra”. La investigación incluye a Hans-Wilhelm Dünn, actual presidente de la asociación, sostiene Der Spiegel. Según el programa de la ZDF, Dünn ha participado como “observador electoral” invitado por la Duma en las elecciones presidenciales rusas y firmado acuerdos de cooperación con la empresa dirigida por el antiguo miembro de la KGB.
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