Las posturas siguen tan alejadas como el viernes pasado. El Gobierno cree que el coronavirus está descontrolado en Madrid y que hay que imponer medidas restrictivas de la movilidad en toda la ciudad para doblar la curva de incremento de casos. La Comunidad de Madrid se mantiene en el mismo discurso: la situación sí está controlada e incluso mejorando. Ambas partes se dieron cita este lunes, con los datos epidemiológicos del fin de semana sobre la mesa, para negociar una salida a la crisis. El encuentro terminó sin acuerdo, con la amenaza de la intervención en el aire y con una nueva cita en perspectiva, la reunión que este martes mantendrá el equipo que se creó tras la visita de Pedro Sánchez a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el lunes de la semana pasada.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, compareció este lunes tras verse con el consejero madrileño, Enrique Ruiz Escudero, durante más de dos horas. Y dio varios mensajes a priori contradictorios. Por un lado, insistió en que no hay control sobre la epidemia en Madrid, aseguró que “vamos tarde” y subrayó que las medidas propuestas por el ministerio deben aplicarse “con carácter inmediato”. Por otro, rehusó poner un plazo para que el Gobierno regional haga caso a sus “recomendaciones”. “A quien corresponde tomarlas es a ellos”, dijo. El ministerio no está ni para “tutelar ni para imponer” sino para ayudar, añadió. Ni siquiera mencionó la intervención, por la que le preguntaron insistentemente los periodistas durante el turno de preguntas. “Estamos donde estamos”, repitió a cada nuevo intento. “No estamos en este escenario”. El escenario, dijo al menos en cinco ocasiones, es el de “emplazar” a Madrid a actuar. ¿Cuánto esperará el Gobierno si Madrid sigue resistiéndose? No hubo respuesta.
Illa, que compareció junto a Fernando Simón —director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias— pidió a Díaz Ayuso, que “se deje ayudar” y “siga las recomendaciones” que el ministerio ha planteado para controlar la epidemia en su territorio, entre las que se encuentra restringir la movilidad en toda la ciudad de Madrid, y no solo en las 45 zonas básicas de salud actualmente afectadas, lo que podría considerarse un confinamiento perimetral de todo el municipio. Otra medida es prohibir en toda la comunidad el consumo en las barras de los bares y reducir el aforo.
El ministro hizo un repaso de las cifras de Madrid: 13.449 nuevos casos notificados este lunes, “la mayor cifra de la segunda ola”, y 1.458 más que tras el fin de semana anterior. “Les voy a hablar de datos y de ciencia”, dijo a modo de introducción: “Madrid sigue presentando cerca del 40% de casos de nuestro país. Y la positividad de las PCR es del 20,7%, casi el doble que tenemos en el resto de España”, aseguró. Todos ellos datos procedentes del informe diario que publica el Ministerio de Sanidad con las cifras de todas las comunidades.
La presidenta madrileña, en cambio, prefirió fijarse en las hospitalizaciones y, en un tuit publicado mientras su consejero de Sanidad se reunía con el ministerio, dijo: “Se desploman los ingresos hospitalarios por Covid en la última semana (-66%) y bajan también en las UCI (-11%). Invertimos la tendencia también durante el fin de semana: menos ingresos que hace siete días. Nuestra estrategia sanitaria funciona”. Ninguno de estos datos puede deberse a las medidas restrictivas actualmente en vigor en Madrid, puesto que no ha dado tiempo a que se traduzcan en resultados, ni en contagios ni mucho menos en ingresos hospitalarios, que se producen días después de las infecciones. Se encargó de explicarlo Simón. Reconoció que los incrementos no son “tan importantes” como en las semanas previas, algo “esperable” porque no se podían mantener: “A medida que se va aumentando el volumen de casos una misma cifra bruta de casos implica un porcentaje menor del total”, añadió.
La incidencia acumulada de Madrid, sin embargo, volvió a subir este lunes después de un ligero descenso a final de la semana pasada. La región ha pasado de 721 casos por 100.000 habitantes a 775 en cuestión de tres días. “No hay que engañarse, vienen semanas muy duras, complicadas, en las que hay que actuar con determinación para controlar la pandemia”, advirtió Illa. “Si no lo hacemos tendremos que tomar medidas mucho más duras”, añadió, en la única frase de toda su intervención que podría interpretarse como una amenaza.
“No podemos aceptar ningún tipo de imposición”, dijo el consejero de Sanidad madrileño en una rueda de prensa tras la intervención del ministro. Enrique Ruiz Escudero confirmó que no hay fechas sobre la mesa y que ambas Administraciones se han emplazado a nuevas reuniones. La primera de ellas es la de este martes. “El ministerio se mantiene en su posición y la nuestra nunca ha variado”, relataron este lunes fuentes del entorno de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Illa, por su parte, dijo que confía en la reunión que se va a producir este martes y que sigue hablando con Madrid “desde la lealtad institucional”.
Ruiz Escudero pone en duda el criterio que el Gobierno aplica a Madrid: “No solo hay que medirlo desde el punto de vista epidemiológico, sino con la capacidad asistencial”, dijo. Una capacidad que, añadió, “Madrid ha aumentado”. Esta región es la que tiene mayor porcentaje de camas hospitalarias ocupadas por pacientes de coronavirus, una de cada cuatro (25,96%). En el caso de las UCI es el 41%.
El criterio de los 500 casos por 100.000 habitantes
El consejero de Sanidad madrileño cuestionó este lunes que el confinamiento perimetral de Madrid esté justificado por una incidencia acumulada superior a los 500 casos por cada 100.000 habitantes. “Queremos saber por qué se usa ese criterio”, pidió, y reiteró que debe aplicarse a todas las comunidades, no solo a Madrid. Navarra, con una incidencia acumulada de 683, no está lejos de la de Madrid. Y muchos municipios de distintas comunidades acumulan también muchos contagios. El ministro le había respondido antes, durante su comparecencia ante los medios. Illa explicó que no se puede aplicar el mismo parámetro a un pueblo de 1.000 habitantes que a una gran ciudad como Madrid. La capital, dijo, tiene características de movilidad y densidad que no se producen en otros lugares: “Madrid es un caso especial, como dijo la presidenta”.
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