La pandemia avanza en Italia y los datos, especialmente los referidos a la cifra de muertes, se encuentran muy lejos de estar controlados. Este jueves el país ha registrado 993 fallecidos: un récord absoluto desde que comenzó la pandemia. Son unos datos que llegan justo el día que se ha aprobado el nuevo decreto del Gobierno que blindará el país durante las Navidades y que dan la razón a quienes se inclinan por la línea dura. El propio primer ministro, Giuseppe Conte, ha anunciado en su comparecencia que son necesarios cambios. A los que salgan del país por turismo entre el 21 de diciembre y el 6 de enero, se les obligará a guardar una cuarentena a su regreso; al igual que a los extranjeros que lleguen a Italia entre esas fechas. “Estamos obligados a introducir un plan de medidas de restricción hasta el 6 de enero. Debemos evitar el riesgo de una tercera ola, no menos violenta que la primera y la segunda, y que podría llegar en enero”, señaló el primer ministro.
Las cifras siguen castigando a las mismas regiones que en las últimas semanas y que el Ejecutivo decidió confinar. El dato más alto de fallecimientos se ha registrado este jueves en Lombardía, donde han muerto 347 personas. Pero los contagios siguen siendo altos en todo el país y se han registrado 23.225 nuevos casos con más de 226.000 test efectuados. Un dato ligeramente superior al del día anterior, cuando hubo 20.709 y se realizaron 207.143 pruebas.
Italia ha decidido restringir al máximo los movimientos durante las próximas Navidades. Los desplazamientos entre regiones quedarán prohibidos a partir del 21 de diciembre, pero también entre municipios durante los días festivos, incluyendo Navidad y fin de año. Además, se mantiene el toque de queda a las 22.00 en todo el país, también en las noches de celebraciones. No habrá tampoco excepciones para la misa del gallo, lo que ha desencadenado las protestas de algunos sectores católicos, y se mantendrán cerradas las estaciones de esquí hasta el 7 de enero.
El balance total, 58.038 italianos fallecidos desde el inicio de la pandemia, no invita a demasiadas alegrías. “Son números que hacen temblar y no debemos olvidar nunca. Aunque la curva de contagios esté congelándose”, ha señalado el comisario especial para la pandemia, Domenico Arcuri. Pero el comisario ha querido también aportar algunos buenos datos que apuntan cómo los contagios han disminuido levemente y los ingresos hospitalarios son menores que hace un mes. “Las medidas están funcionando. El sacrificio que pedimos está siendo útil. Pero ahora no debemos aligerar las medidas restrictivas. Significaría acercarnos con mucha probabilidad a una tercera ola”.
Las medidas decretadas por Italia son mucho más restrictivas que las españolas. Miles de familias no podrán reunirse estos días porque no se consienten los desplazamientos para ver a “familiares o allegados”. “Entendemos que el sacrificio durante las fiestas es difícil aceptarlo. Pero es contribuir a que no vuelva a pasar lo mismo”, señaló Arcuri. Un esfuerzo que el Ejecutivo quiere que se mantenga hasta que la campaña de vacunación pueda considerarse masiva.
Italia creará 300 puntos donde se distribuirá la vacuna, más un grupo de unidades móviles que lo harán en lugares donde no hay centros hospitalarios. La elección tiene un criterio geográfico y de densidad poblacional. Los primeros en recibirlo serán los médicos y el personal sanitario, con un nivel y exposición alto. También los internos y el personal de las residencias de ancianos, convertidos en el principal foco de contagio en las primera ola.
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