
La lucha para detener la construcción de un complejo hotelero de lujo en la emblemática playa de la Tejita (Granadilla de Abona), en el sur de Tenerife, que comenzó hace cuatro años la plataforma Salvar la Tejita, se había recrudecido hace unos días. Dos activistas, un chico y una chica, decidieron pasar a la acción y se subieron a las dos grúas (una de 36 metros y la otra de unos 25) que se utilizan en la edificación el martes de la semana pasada con pancartas de “Paralización ya”, “Salvar la Tejita”… No se han bajado de ellas desde entonces, tampoco tras conocer que el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) ha ordenado hoy la paralización cautelar de la construcción del hotel, porque podría estar ejecutándose en terrenos afectados por una servidumbre de protección que todavía se está tramitando. Además, existen tres demandas judiciales interpuestas por la plataforma ecologista, que quiere proteger el arenal, uno de los pocos sin construcciones que quedan en Tenerife, y la reserva natural especial de Montaña Roja.
El portavoz del grupo de apoyo a la pareja, José Cañón, asegura a EL PAÍS que hasta que no dispongan de “forma fehaciente” de la orden de paralización, no se van a bajar, porque “no se fían”. “No conocemos a esas dos personas y tampoco pertenecen a nuestra plataforma”, aclara Rubén Pérez Flores, miembro de Salvar la Tejita. “Cuando se subieron en la grúa, la noticia empezó a correr como la pólvora y está claro que han conseguido movilizar a los que se tenían que mover por el revuelo que se ha armado”, añade. Y a muchas otras personas, que se han concentrado “casi cada dos días” en la zona.
A finales de 2015 se conoció la intención de edificar el hotel de cinco estrellas. En ese momento todo parecía correcto. Pero la plataforma encargó un informe geomorfológico en el “se demostró que dentro del hotel existía un campo de dunas”. Eso hizo que se revisara el deslinde costero y se propusiera uno nuevo. “Pero la empresa en vez de esperar a que se resolviera, comenzó a construir hace un año”, relata Pérez Flores. Para poner freno a la edificación, Salvar la Tejita presentó tres demandas “una por lo penal, otra por el contencioso-administrativo y otra ante la Fiscalía de Medio Ambiente”, que todavía no se han resuelto.
La plataforma ecologista explica que la Tejita y su entorno es “uno de los lugares de mayor valor ecológico de las Islas Canarias occidentales, pues constituye un ecosistema de vegetación arenosa único en la provincia”. En la zona se han identificado a más de 110 especies de aves, muchas de ellas migratorias, que utilizan estas costas como lugar de alimentación y descanso, de tal forma que La zona ha sido calificada por la Unión Europea como Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA) y Zona de Especial Conservación (ZEC). “En su conjunto constituye un paisaje de gran belleza y valor para los habitantes de la isla, también, para el turismo sostenible y ecológico que el gobierno regional pretende promover”, puntualizan.
El Miteco indica en un comunicado que la resolución de la Dirección General de la Costa y el Mar, firmada este lunes, se basa en un informe de inspección del Servicio Provincial de Costas de Tenerife, que se recibió el mismo día. En él se constata que, “de acuerdo con el expediente de revisión del deslinde incoado en enero de 2019″ se están realizando trabajos que podrían resultar protegidos una vez finalice el proceso de tramitación, que está “solo pendiente del preceptivo informe del servicio jurídico”.
Las obras de construcción del hotel fueron autorizadas el 3 de junio de 2016 por el Gobierno de Canarias. Cuentan también con licencia municipal desde el 21 de diciembre de 2018, otorgada por el Ayuntamiento de Granadilla de Abona. “Hasta el momento, estas administraciones no han adoptado ninguna decisión relativa a autorización y licencia, respectivamente”, puntualiza el comunicado ministerial. Hace un año, el 13 de junio de 2019, el Servicio de Costas de Tenerife requirió a la empresa promotora (el grupo Viqueira) para que paralizara la construcción. Acataron el requerimiento, pero lo recurrieron administrativa y judicialmente, explica el Miteco.
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