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El Gobierno presenta unos Presupuestos para dejar atrás la crisis del virus

El amargo recuerdo del confinamiento estricto de la primavera de 2020 va alejándose. Atrás van quedando las apabullantes cifras de contagiados y muertos. Los nubarrones que oscurecían la economía española por las restricciones se han disipado. Casi el 80% de la población está vacunada. La incidencia acumulada ha descendido a cotas impensables a inicios de año. Y solo quedan 239.000 personas bajo el paraguas de los ERTE (llegó a haber 3,4 millones). En ese contexto, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha presentado este miércoles el proyecto de Presupuestos para 2022 en el Congreso de los Diputados. Se trata de unas cuentas expansivas, que llegan con dos semanas de retraso, con las que el Gobierno quiere dejar atrás la crisis del coronavirus.

La actividad continúa recuperando el terreno perdido. El Gobierno prevé que a finales del próximo año la economía española supere el nivel precovid. Apuntala sus previsiones con la magnífica inyección de los fondos europeos recogida en las cuentas del próximo año, un chute de vitaminas de más de 27.000 millones de euros. El proyecto contable para 2022 prevé gastos e inversiones récord gracias a esos anabolizantes de la UE. “Es una oportunidad única”, ha señalado este miércoles María Jesús Montero en la rueda de prensa en la que ha presentado las líneas básicas de las cuentas del año que viene. “Nueve de cada diez euros de estos fondos se van a destinar a inversión, inversión e inversión”, ha remarcado.

Se trata de unas cuentas construidas según unas previsiones de crecimiento del 7% para el año que viene tras un avance previsto del 6,5% para este año. Más allá de si los pronósticos del Ejecutivo se quedan cortos o no, la economía española registrará el próximo año el mayor avance económico del siglo, según coinciden todos los analistas internacionales. Eso sí, siempre que no aparezcan nuevas perturbaciones que golpeen al mundo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha señalado esta semana dos posibles riesgos que pueden hacer descarrilar la recuperación: la inflación, desbocada en los últimos meses por la escalada de los precios energéticos y el encarecimiento de las materias primas; y los cuellos de botella en la industria, que están provocando un desacoplamiento entre la oferta y la demanda.

Sobre esas premisas se han elaborado las cuentas públicas. Un proyecto levantado sobre un techo de gasto histórico, que permite sostener un importante aumento del gasto social, que superará los 248.000 millones, con nuevas iniciativas como el bono de alquiler, el bono cultural para jóvenes o un mayor gasto en becas. La inversión también será protagonista: la partida presupuestada supera los 40.000 millones, entre inversiones reales y transferencias de capital. Esta cifra récord, con la que se pretende dar un empujón a la recuperación económica, supone un alza del 9,6% en comparación con el ejercicio anterior.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha diseñado unas cuentas públicas expansivas para encarrilar el ciclo electoral. Aunque aún no tiene cerrado el apoyo de todos los socios de Gobierno para sacarlas adelante, el presidente confía en aprobar unas cuentas que tienen que servir para encarrilar la legislatura, dado el difícil calendario que espera a las del año siguiente. El proyecto contable para 2023 está repleto de obstáculos: a finales del próximo año se prevén comicios regionales en Andalucía, una cita que abrirá un ciclo electoral de algo más de un año y complicará la negociación presupuestaria de las cuentas del próximo año. En la primavera de 2023 se tienen que celebrar autonómicas y locales. Además, dentro de dos años se tendrán que convocar las legislativas, donde el jefe del Ejecutivo se jugará su continuidad.

El momento, esa variable tan apreciada por los consultores políticos a la hora de tejer sus estrategias, también juega a favor de Sánchez. Bruselas mantiene suspendidas las reglas fiscales, esas rígidas normas que imponen ajustes sin tener en cuenta el clima económico. La Comisión Europea levantó el pie para que los países pudieran desplegar programas de apoyo a familias y empresas en lo peor de la crisis de la covid. Una vez pasado el chaparrón, retomará el debate para reformarlas y volver a exigir ajustes a partir de 2023.

Con esas tesis, las cuentas subirán un 2% el sueldo de los funcionarios y algo más las pensiones ―cuya partida se come más de uno de cada tres euros del Presupuesto―. También incluye guiños para jóvenes, con el bono de alquiler de vivienda y el bono cultural.

El Gobierno confía en que el vigoroso crecimiento que proyecta para este año y el que viene ―por encima del estimado por organismos como el FMI o el Banco de España― permita ajustar de por sí solo el saldo entre ingresos y gastos. El déficit del conjunto de las Administraciones, según los pronósticos reflejados en el proyecto de Presupuestos, bajará del 10,9% del PIB del año pasado al 8,4% este año. En 2022 será del 5%; y en 2024 se situará en el 3,4%. Se trataría del ajuste presupuestario más ambicioso de los últimos años. La deuda pública disminuiría el próximo año en tan solo medio punto porcentual, hasta el 119,5% del PIB, a pesar del fuerte rebote económico. Pero en 2022 ya se situaría en el 115,1%.

Apoyos

“España está creciendo, está creando empleo. Y esta tendencia no solo va a continuar, se va a intensificar”, ha asegurado Montero este miércoles. Por la mañana, el proyecto de Presupuestos se ha registrado en el Congreso, momento a partir del cual empieza su trámite parlamentario. El Gobierno prevé que las dos Cámaras den luz verde al proyecto antes de que acabe el año para que puedan empezar a rodar el 1 de enero, como establece la ley.

Montero ya ha subrayado en varias ocasiones que PNV y ERC son socios prioritarios para que las cuentas vean la luz. Este miércoles, sobre el apoyo de las formaciones catalanas ha avanzado que se esperan más peticiones. “Creo que va a haber más pretensiones de su parte. No todo va a poder discutirse en el marco de los Presupuestos”, ha señalado. También ha vuelto a insistir, en referencia a la oposición, en que las formaciones que “se autodescartan pocos podrán aportar”. Este mismo miércoles, el PP ha lamentado que las cuentas diseñadas para 2022 son “ruinosas” y “nacen muertas”.


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