El Gobierno había recogido en las últimas propuestas de reforma laboral la posibilidad de que se limitasen los contratos temporales a un máximo del 15% de la plantilla anual en todas las empresas. Así figuraba en el documento más reciente manejado en las conversaciones. Sin embargo, según fuentes del diálogo social, esta idea se ha retirado de la mesa de negociación durante la discusión que se produjo el miércoles del artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores, precisamente el que regula la duración del contrato de trabajo y por tanto la temporalidad.
La CEOE se mostraba frontalmente en contra de un tope generalizado para todos los sectores. Y reaccionó en la penúltima reunión presentando una serie de iniciativas para intentar reducir la elevada temporalidad del mercado de trabajo español, una de las exigencias de Bruselas y que es una condición indispensable para acceder al desembolso de fondos europeos. Diversos informes han subrayado reiteradamente que España sufre una tasa de temporalidad más alta que el resto de Europa incluso examinándola por sectores.
La CEOE ha expuesto que no se puede dar una solución lineal con independencia de las características de los sectores. Y sus planteamientos han tenido en general una buena acogida en las negociaciones. “No desaparece la idea de poner un porcentaje máximo. Simplemente se haría por sectores a través de la negociación colectiva”, explica una fuente.
La posición de la patronal se resume en que la temporalidad no puede restringirse indiscriminadamente y que es mejor modularla por ramas. Para empezar, se trata de una puerta de acceso al mercado laboral para personas con poca cualificación, que consiguen así sus primeros trabajos y van poco a poco cogiendo experiencia. Cuatro de cada diez contratos fijos proceden de un contrato temporal previo, recuerdan.
Además, hay que examinar el problema por sectores. Por ejemplo, la industria del automóvil presenta un uso de eventuales muy bajo. En cambio, las administraciones públicas son responsables de uno de cada cuatro empleos temporales, recalcan siempre fuentes patronales. La agricultura también arroja una proporción de eventuales muy elevada al compararla con otros países de la UE. De modo que la propuesta de la CEOE se basa en ir sector a sector cotejándolos con la media europea para articular las soluciones atendiendo en cada caso a las particularidades de la rama de actividad.
Según algunos estudios que maneja la patronal, en torno a un tercio de la temporalidad podría achacarse a una mayor presencia de sectores con elevada estacionalidad. Y debe tenerse en cuenta, señalan, que la estacionalidad, y por tanto el uso de la temporalidad, cambia mucho por países. Así, la hostelería española tiene por ejemplo muchos más picos de demanda que la alemana debido simplemente al clima. Y en consecuencia a veces resulta bastante difícil elaborar comparaciones acertadas. En cualquier caso, la patronal se ha mostrado abierta a controlar y ajustar en los sectores con más desviación utilizando la negociación colectiva. Y todo ello en un contexto en el que además, subrayan, los contratos indefinidos son cada vez más cortos.
Otra solución planteada es canalizar parte de la temporalidad a través de las empresas de trabajo temporal (ETT). Estas agencias de colocación podrían contratar a una parte de sus trabajadores como fijos discontinuos en lugar de como temporales. Aunque para ello sería necesario que se flexibilice esta forma de contratación, de manera que la ETT pueda ir moviendo al trabajador de un lugar a otro con convenios y condiciones de trabajo distintas. Según algunas fuentes, hasta 300.000 temporales de las ETT podrían convertirse en fijos discontinuos. Estas agencias gestionan al año un millón de trabajadores. Un tercio de ellos acaban incorporándose a una empresa.
Otra iniciativa que está sobre la mesa es la de transformar el contrato de obra en la construcción en una figura indefinida igual que ocurre en Francia. Y para ello están trabajando los sindicatos y la patronal del ramo. Serían unos 800.000 trabajadores.
La CEOE presiona también para que no se utilicen los fijos discontinuos por ejemplo para las campañas de Navidad de unos grandes almacenes.
Algunas fuentes del diálogo social insisten en que la negociación sigue viva y hasta que no se distribuya un nuevo texto puede que los topes generalizados se mantengan aunque con otras características. En la reunión del miércoles se trabajó en textos con los que se venía negociando desde hace siete meses y que han ido evolucionando. “Vamos contra reloj y se precisa un marco nuevo con el aval de todos los ministerios”, indica un miembro de la mesa.
Al encuentro del miércoles no solo asistió por parte del Gobierno el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey. También acudieron varios directores generales de otros ministerios. Entre ellos la directora general de Política Económica del Ministerio de Economía, Elena Aparici. Y el de Ordenación de la Seguridad Social, Borja Suárez. Esta representación fue por primera vez como resultado del acuerdo del Gobierno de coalición para que más ministerios estén presentes en la coordinación de la reforma laboral. Pese a la abundancia de altos cargos, la reunión transcurrió con agilidad, aseguran fuentes conocedoras. En estas conversaciones, la patronal reprochó al Gobierno el sainete orquestado por la derogación o no de la reforma laboral.
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