El sector socialista no renuncia a la llamada “geometría variable” en el Congreso; esto es, poder sacar las leyes con distintas mayorías en función del tema, a pesar del enorme fiasco que supuso el pasado jueves la apuesta por aprobar la reforma laboral con los votos de UPN. Si no fuera por el error de un diputado del PP, la reforma habría decaído por la traición de los dos diputados navarros, que engañaron a la dirección de su partido y votaron en contra de la norma. En Unidas Podemos insisten en que esta situación es la prueba de que no hay una mayoría alternativa a la de la investidura, que pasa por ERC, el PNV, Más País y algunos grupos pequeños. Pero los socialistas se resisten a dar por muerta la “vía Ciudadanos” para las próximas leyes. Sobre todo, si ERC vuelve a fallar. Hasta en tres preguntas en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, evitó dar por cerrada esa alternativa e insistió en que el Gobierno buscará todos los apoyos posibles.
El Ejecutivo, y en especial el sector socialista, han empezado ya a intentar coser la herida que dejó la decisión de ERC y el PNV de ir al no en la reforma laboral, lo que la hizo peligrar. Si al menos se hubieran abstenido, el real decreto de una norma pactada por la patronal y los sindicatos habría salido con comodidad, pero ambos, por distintos motivos, decidieron ir al voto más agresivo: el no. Rodríguez, que además de portavoz es la ministra de Política Territorial, inició este martes mismo ese trabajo para recuperar a ERC para la mayoría y llamó a la consejera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, para convocar la comisión bilateral Estado-Generalitat el día 18 en Barcelona. Esta reunión será la fase previa para cerrar la mesa de diálogo, que tenían previsto reunir a finales de este mes aunque ahora podría alargarse a marzo. En cualquier caso, como estaba previsto, ambas citas llegarán después de las elecciones en Castilla y León, como quería el PSOE para evitar que perjudicaran su campaña.
Teodoro García Egea y Cuca Gamarra protestan a Batet por la aprobación de la reforma laboral, el 3 de febrero en el Congreso.Foto: EUGENIA MORAGO | Vídeo: EPV
Los socialistas están convencidos de que ERC no se saldrá de la mayoría que apoyó la investidura de Pedro Sánchez. Y mucho menos, el PNV, siempre un socio más fiable; aunque esta vez falló en una votación clave. De hecho, en el Gobierno creen que este “susto” servirá para que ERC haya visto “el precipicio” que supone tumbar al Ejecutivo en una votación clave. “Conocemos bien la alternativa”, admitió Gabriel Rufián en el pleno del jueves, abriendo la puerta a regresar a la mayoría de investidura. De hecho, los socialistas sostienen que las relaciones entre ellos y ERC no han quedado tocadas, aunque sí ven más complicada la situación entre los republicanos y el equipo de Yolanda Díaz, que confiaba en convencerlos y les presentó varias propuestas. ERC insiste en que la negociación no acabó de cuajar porque el PSOE no avalaba lo que Díaz ofrecía, pero en Unidas Podemos están muy molestos con los republicanos y su intento de tumbar la ley estrella de la vicepresidenta segunda. Los comunes, un grupo clave en Unidas Podemos, han apoyado los Presupuestos de ERC y le dan estabilidad política, y consideran una traición el voto de los republicanos el jueves. Aun así, todos parecen de acuerdo en que es imprescindible reconstruir cuanto antes los puentes y consolidar la mayoría de la investidura para poder aprobar todas las reformas que el Gobierno tiene en cartera en los próximos dos años, que se antojan complicados políticamente, ya que se inicia la fase electoral con una secuencia explosiva: Castilla y León, Andalucía, municipales y autonómicas, generales, vascas y gallegas, y quién sabe si catalanas adelantadas.
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