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El Gobierno solo recurrirá a Felipe VI en la crisis con Rabat como último recurso

Felipe VI y Mohamed VI y doña Letizia, detrás, durante la visita de Estado de los Reyes de España a Rabat en febrero de 2019.
Felipe VI y Mohamed VI y doña Letizia, detrás, durante la visita de Estado de los Reyes de España a Rabat en febrero de 2019.Carlos álvarez / Getty

El rey Juan Carlos I no pudo contener las lágrimas en el funeral de Hassan II, en julio de 1999. El rey de Marruecos —que le había arrebatado el Sáhara Occidental en los últimos estertores de Franco, a pesar de que él había viajado a la todavía colonia española para arengar a las tropas allí acantonadas— se convirtió en su “hermano mayor”, alguien con quien podía hablar con la franqueza y campechanía que caracterizaban al Monarca español. Esta familiaridad, aunque atenuada por la diferencia de edad, la mantuvo Juan Carlos I con Mohamed VI, que lo consideraba casi como un tío, pero no la heredó el actual rey de España, Felipe VI.

Aunque habla perfectamente español, Mohamed VI apenas ha pisado España. Hubo un momento en que pudo pasar una larga temporada. Personas que estuvieron al tanto de la operación han explicado a EL PAÍS que, a principios de la pasada década, el rey Juan Carlos invitó al monarca marroquí a que viajara a España a tratarse de sus problemas de salud, agravados por sufrir un asma crónica, pero este prefirió hacerlo en París, donde compraría una lujosa mansión.

Aunque Felipe VI y Mohamed VI son de una edad similar (53 años el primero, 57 el segundo), sus contactos han sido escasos. Tras acceder al trono, los Reyes hicieron un viaje de presentación a Rabat en julio de 2014 y, casi cinco años después, en febrero de 2019, una visita de Estado de poco más de 24 horas. Esta última visita se aplazó en varias ocasiones, primero por las prolongadas estancias de Mohamed VI en Francia; y luego porque tener como huéspedes a los Reyes de España le obligaba a oficializar su divorcio de la princesa Lalla Salma.

El hecho de que Felipe VI no tenga con el rey de Marruecos la familiaridad de su padre no significa que no pueda telefonearle para abordar el tema de la crisis migratoria de esta semana. Se sabe, al menos, de una llamada entre ambos: se produjo en agosto de 2014, cuando Mohamed VI recurrió al Rey español para quejarse de que la Guardia Civil le hubiera detenido cuando navegaba con una moto náutica cerca de Ceuta, por sospechar que pudiera ser un narcotraficante.

Aunque su relación con la casa real alauí sea más fría y protocolaria que la de su padre, Felipe VI podría llamar a Mohamed VI para intentar suavizar la crisis. Pero no lo ha hecho, porque no se lo ha pedido el Gobierno. “El Rey es muy consciente de su papel constitucional y no tomará la iniciativa si el Gobierno no lo pide”, según fuentes próximas a La Zarzuela.

La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, descartó el viernes pedir una gestión a Felipe VI porque “el Gobierno no implica al Rey en cuestiones políticas”, un argumento sorprendente, ya que el papel del Monarca consiste precisamente en ayudar, bajo la dirección del Ejecutivo, a resolver problemas de Estado.

Fuentes diplomáticas señalan, por el contrario, que el Rey es un poderoso instrumento de la diplomacia española, pero debe utilizarse “cuando sea realmente útil”, como último recurso, y no “ponerlo en el disparadero” sin garantías de éxito.

Fe de errores

En una anterior edición de este artículo se decía que Mohamed VI nunca visitó España, pero sí lo hizo oficialmente en septiembre de 2000 y volvió en 2005 para un acto de homenaje a las víctimas del 11-M.


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