El Gobierno y Cs congelan la negociación de Presupuestos

La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, reunida en el Congreso de los Diputados con los dirigentes de Ciudadanos Edmundo Bal y José María Espejo-Saavedra.
La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, reunida en el Congreso de los Diputados con los dirigentes de Ciudadanos Edmundo Bal y José María Espejo-Saavedra. / Europa Press

Había camino recorrido, en conversaciones discretas en las que se estaba discutiendo la reforma fiscal de los próximos Presupuestos. La Moncloa y Ciudadanos estaban de acuerdo en descartar una subida generalizada de impuestos y negociaban algunas revisiones al alza “quirúrgicas”, según fuentes conocedoras de esas conversaciones. No obstante, la irrupción de Pablo Iglesias, quien exigió que los dos socios de la coalición pactaran antes el proyecto de Presupuestos, ha congelado la negociación con el partido de Inés Arrimadas.

La relación entre el Gobierno y Ciudadanos es fluida y la interlocución entre ambas partes no se ha interrumpido a pesar del movimiento de Pablo Iglesias ni de los guiños del Gobierno a ERC, con el anuncio de que se ha iniciado el trámite de los indultos a los presos del procés y de la intención de aprobar una reforma del delito de sedición. Pero antes de que en los últimos días de agosto el líder de Podemos diera un golpe en la mesa exigiendo al PSOE un pacto primero entre los socios, La Moncloa y el partido de Inés Arrimadas habían avanzado en conversaciones fuera de los focos sobre la reforma fiscal de los Presupuestos, según fuentes conocedoras de esos contactos. El Ejecutivo también había hablado con Cs de sus planes para el techo de gasto y el déficit.

En esas conversaciones discretas, que Cs mantenía con el Ministerio de Hacienda y con La Moncloa a través del canal abierto entre el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y el vicesecretario general de Ciudadanos, Carlos Cuadrado, había sintonía. El PSOE y el partido de Arrimadas están de acuerdo en aparcar una subida amplia de impuestos como apuntaba el acuerdo de investidura entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, pero sí estaban revisando algunas deducciones y alzas puntuales. Al mismo tiempo, analizaban rebajas selectivas de otros tributos.

El impuesto de Patrimonio quedaba fuera de los Presupuestos, según esos contactos entre Gobierno y Cs. Tampoco se tocaba el tipo de Sociedades, aunque sí estaban discutiendo el régimen de deducciones. Cs se abría a estudiar una subida del IRPF a las rentas de más de 300.000 euros, un repunte simbólico para contentar a Podemos, y a valorar un incremento de un punto en el impuesto al diésel. El principal desacuerdo estaba en la reforma del IVA.

El Gobierno y Cs también hablaron del techo de gasto y del déficit: al partido de Arrimadas le gustaba la melodía y cree que podría haber acuerdo. El Ejecutivo transmitió a Cs que está estudiando si es posible no tener que fijar un techo de gasto por la situación excepcional derivada de la pandemia, y que está aún a la espera de Bruselas para tener claros los números sobre el déficit. Ambas partes insisten, no obstante, en que la negociación estaba lejos de poder darse por cerrada.

Las conversaciones con Cs están ahora mismo en suspenso a falta de que el PSOE y Podemos acuerden el documento de partida del pacto presupuestario. Iglesias lanzó un pulso al PSOE y logró que los socialistas se comprometieran primero a pactar con sus socios en el gabinete el proyecto de Presupuestos. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y Nacho Álvarez, secretario de estado de Economía Social y negociador de Unidas Podemos, están todavía perfilando el documento que presentarán a los grupos. Cs presiona al Ejecutivo para sentarse a hablar pero la respuesta de Moncloa es que aún no hay fumata blanca con Podemos. La intención del Gobierno es acordar con sus socios un pacto que también pueda aprobar Ciudadanos.

Guiños a ERC

La negociación con el partido de Arrimadas se ha frenado a la espera de ese acuerdo entre los socios de la coalición, pero no por los guiños del Gobierno a ERC con el anuncio de que han empezado a tramitarse los indultos a los líderes independentistas y se trabaja en una reforma del delito de sedición. Ciudadanos está dispuesto a seguir adelante en la negociación de Presupuestos, aunque también está alerta ante el avance de las posibles concesiones a ERC.

De momento, en Cs no ven motivos suficientes para romper con el Gobierno pero hubo tensión tras el anuncio del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo. En una conversación a alto nivel después de las palabras de Campo, La Moncloa explicó a Cs que si no tramitaba la solicitud de los indultos podría prevaricar, y que hizo público el comienzo de los trámites para que no se pudiera reprochar al Gobierno que ocultaba el proceso. En la cúpula del partido de Arrimadas creen que Sánchez no pretende indultar a los líderes independentistas y entienden que el Ejecutivo está obligado a tramitar la petición reglamentariamente. Ahora bien, esos gestos tensionan internamente al partido y Arrimadas tendrá también presión de los suyos para romper si el PSOE avanza por ese camino de guiños al independentismo. “Nos lo están poniendo casi imposible. ¿Cuántos gestos ha hecho el PSOE a Cs? El único, situarnos en la foto de Colón. Está tocando nervio”, se queja un dirigente de Cs.

El otro problema que observan en Cs es que el PSOE no garantiza que elegirá socios: sus interlocutores insisten en que buscan unos Presupuestos “de país” con más apoyos que los de la mayoría de la investidura de Sánchez. Este martes, la ministra de Hacienda subrayó que las Cuentas se negociarán “muy especialmente” con esos grupos. La Moncloa cree que puede lograr que Cs se sume a esa ecuación pero en la dirección de Arrimadas aseguran que no pasarán por ese aro y que el PSOE tendrá que elegir entre ERC o Cs. “Si quieren que seamos otro platillo para hacer equilibrios, están equivocados. No lo seremos”, zanja un estrecho colaborador de Arrimadas, aunque consciente de que la partida sigue jugándose a varias barajas.


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