El Granada estará entre los 16 mejores equipos de la Liga Europa. Los andaluces agrandaron su palmarés en la primera participación continental eliminando en el estadio Diego Maradona al Nápoles, campeón de la competición en 1989 y uno de los mejores equipos de Italia, haciendo bueno el 2-0 de la ida al caer por 2-1. El mérito del Granada es de aúpa. Prolonga su sueño en Europa incluso a costa de pagar un importante peaje. En un duelo de alta intensidad, perdió a Machís, Gonalons, Neva y Germán por lesión. Contratiempos lógicos cuando un equipo se mueve en estos niveles competitivos.
El Nápoles lo intentó siempre, pero le faltó fe para creer en la remontada. Marcó pronto por mediación de Zielinski, pero el tanto de cabeza de Montoro para hacer el 1-1 le hizo mucho daño. Fabián hizo el segundo gol y cuando más apretó el Nápoles surgió la figura de Rui Silva, que realizó un paradón a remate de Ghoulam en el alargue con 2-1 en el marcador. Con sufrimiento, en un descuento eterno, el equipo logró su clasificación para seguir haciendo historia en Europa.
Un Granada extraordinario supo sobreponerse a todas las adversidades en la batalla de Nápoles. Las lágrimas de Neva al filo del descanso cuando tuvo que marcharse lesionado, el abrazo de Diego Martínez a Gonalons en el momento en el que el francés se rompió y los apuros iniciales tras el gol de Zielinski fueron piedras en el camino que este buen Granada solventó con un majestuoso salto de Montoro. Tanto sufrimiento en un equipo que va al límite se vio recompensado por su espíritu competitivo y por las ganas de hacer algo importante en esta Liga Europa. Como jornaleros sedientos de gloria, los jugadores del Granada se sobreponen a todo. Por ejemplo, también a la lesión en el calentamiento de su mejor hombre, Machís. Y cómo no, al tanto de Zielinski que dio alas al Nápoles a los tres minutos de juego.
No fue un Granada brillante, pero sí eficaz frente a un rival que jugó con tres centrales para verse sorprendido con un gol de cabeza de Montoro tras un centro blando de Foulquier. El Nápoles no pasa por su mejor momento, pero incluso sin espíritu es un equipo que tiene elementos muy interesantes. El 2-0 de la ida le pesó como una losa, liberando también la cabeza de los futbolistas del Granada, que supieron darle al partido lo que éste necesitaba. El gol de Montoro valía oro mientras el Nápoles se mostraba incapaz de encontrar el ritmo infernal que requiere una remontada europea.
Golpeado por tanta lesión, el Granada decidió defender con solvencia y dejar pasar los minutos. El Nápoles, con Fabián e Insigne más entonados, buscó el área andaluza con más ahínco, encontrando un gol de Fabián y una multitud de acercamientos tras el 2-1. Con Vallejo de mediocentro y Soldado tirando de experiencia, fue Rui Silva el que voló para impedir el gol de Ghoulam y un sufrimiento enorme en los minutos finales. Un vuelo fantástico el del portero portugués, como fantástico es el viaje de este Granada por Europa. Un debutante sin complejos que despachó a todo un equipo importante de Europa. Los de Diego Martínez estarán en el bombo en el sorteo de este viernes de los octavos de final de la segunda competición europea.
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