El Granada dio un paso de gigante para estar entre los ocho mejores equipos de la Liga Europa. El cuadro andaluz sigue escribiendo bonitas páginas europeas y superó a un inocente Molde con un 2-0 que le da muchas posibilidades de alcanzar los cuartos del segundo torneo continental en su primera participación europea. Los goles de Jorge Molina y Roberto Soldado, dos veteranos, aliviaron a los andaluces, que afrontaron el partido con innumerables bajas, y certificaron la superioridad de los locales ante un rival de escasa calidad técnica y poca inteligencia competitiva. El Granada sufrió mucho ante un equipo que, cuando más dominaba, en la segunda mitad, decidió inmolarse con la expulsión de Elligsen, que vio dos amarillas casi seguidas para dejar al Molde en inferioridad en el minuto 70. Ese tipo de regalos no se pueden conceder en la alta competición. El Granada, que estaba sin aire, reaccionó con un buen gol de Soldado, demostrando que es un equipo que sabe competir mucho mejor que los noruegos. En una semana se jugará la vuelta en Budapest, Hungría, y el Granada es el máximo favorito para cerrar una fantástica clasificación a los cuartos de la Liga Europa.
Extraños compañeros de viaje, un Granada con 43 partidos a las espaldas y un Molde en pretemporada jugaron un partido muy igualado. El conjunto noruego le puso las cosas complicadas a un Granada que emitió señales algo preocupantes, aunque conviene decir que fue el resultado lógico de competir ante un rival con limitaciones técnicas, pero poderoso en al aspecto físico. El equipo andaluz encadena batalla tras batalla con los efectivos justos. Ante el Molde, solo 11 jugadores de campo del primer equipo, asolado por las bajas derivadas de su exigente temporada. El Granada empezó bien, con un Kenedy muy activo, pero poco a poco se vio superado por un Molde mucho más fresco.
Ocurre que el Molde, que tuvo la virtud de superar en la anterior ronda al Hoffenheim, comete errores impensables en la élite. Un balón en largo de Ruiz Silva pilló mal colocados a sus centrales y Jorge Molina, prácticamente de la nada, se encontró solo ante Linde. El delantero de 39 años marcó con tranquilidad un tanto que premió el inicial empuje de los andaluces, pero que no correspondió realmente a su nivel de juego. El Molde, bien conducido por su capitán Eikrem y con Pedersen desbordando en la banda derecha, empezó a acumular llegadas al área del Granada. La ausencia de calidad impedía a los noruegos convertir en gol su dominio. La insistencia de su ataque, no obstante, podría traducirse en muchos problemas para el equipo de Diego Martínez, incapaz de tener el balón y sin fuelle para defender en el centro del campo. Gonalons, que jugó muy disminuido en el aspecto físico, y Eteki, eran continuamente desbordados por los noruegos.
El Granada sufrió una barbaridad en la segunda mitad. Se quedó sin aire mientras el Molde aumentaba su asedio sobre la meta de Silva. El meta portugués realizó una buena parada tras una falta lanzada por Eikrem. La opción del empate rondó por Los Cármenes, pero el Granada consolidó su excelente resultado después de que Elligsen viera la tarjeta roja en el minuto 70. La expulsión volvió a meter en el partido al Granada, que aumentó su ventaja con un gol de Soldado después de una buena combinación con Molina. Mucho más inteligente en los momentos decisivos, el Granada pudo incluso hacer el tercero en un remate de Kenedy que salvó Linde. En Budapest, la próxima semana, el 2-0 les da a los andaluces una magnífica posibilidad para seguir haciendo historia.
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