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‘El Grande’, primer testigo en el juicio a García Luna: “El Cartel de Sinaloa creció con ayuda del Gobierno”

EL PAÍS


Sergio Villarreal Barragán, alias ‘El Grande’, tras ser detenido por la Marina en septiembre de 2010.Saúl López (Cuartoscuro)

Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, es el primer testigo en el juicio contra Genaro García Luna. El antiguo colaborador del Cartel de Sinaloa y el Cartel de Juárez señaló este lunes que los nexos del exfuncionario con el crimen organizado se remontan a más de 20 años, cuando García Luna fue director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), durante el Gobierno de Vicente Fox (2000-2006). El primer colaborador de la Fiscalía lo acusó directamente de formar parte del grupo liderado por Joaquín El Chapo Guzmán. “Con ayuda del Gobierno, el cartel creció en cuanto a territorio, en la cantidad de drogas que movíamos y eliminó a sus enemigos”, afirmó Villarreal Barragán en la corte de Brooklyn.

“Tenía una participación muy importante”, aseguró El Grande sobre el papel que desempeñaba García Luna en la estructura del Cartel de Sinaloa. Villarreal Barragán, un expolicía que se ganó su apodo porque rebasa los dos metros de altura, dijo que tuvo varias reuniones con García Luna cuando estuvo al frente de la AFI y que estuvo presente en varias ocasiones en las que se le entregaron sobornos. El capo dijo que Arturo Beltrán, antiguo socio del Cartel de Sinaloa y después líder del Cartel de los Beltrán Leyva, era quien le entregaba el dinero al exfuncionario. “Los pagos crecieron conforme creció el cartel y sin ese apoyo hubiese sido prácticamente imposible”, comentó.

El Grande se paró ante el jurado y explicó frente a una pizarra la expansión del cartel gracias al supuesto apoyo de García Luna. En 2001, según su testimonio, la organización criminal dominaba solo Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango y una parte del corredor entre las ciudades de Torreón y Monterrey. Después de unos años, mantuvo su presencia en esos Estados y se extendió prácticamente todo el país desde Baja California hasta la península de Yucatán. “Nos daba información de operativos e investigaciones contra la organización y nos ayudaba a deshacernos de comandantes y jefes de la policía en cada plaza”, agregó.

Después de pasar más de una década en las fuerzas de seguridad y coludirse con el Cartel de Juárez, el Grande se unió al Cartel de Sinaloa en 2001, unos meses después de que García Luna fuera nombrado director de la AFI, una agencia creada durante el Gobierno de Fox para investigar delitos federales. En ese tiempo, la organización criminal era una amalgama de alianzas entre varios jefes criminales. En el inicio de su comparecencia, Villarreal Barragán identificó a varios capos famosos frente al jurado como Ismael El Mayo Zambada, su hermano Jesús El Rey Zambada, Ignacio Coronel y los hermanos Beltrán Leyva. “Arturo sabía de mi conocimiento de la policía y me pidió que diseñara los operativos para atacar a sus enemigos”, comentó.

El Grande dijo que el grupo criminal recibió protección con del Gobierno mexicano con policías que trabajaban como guardaespaldas y que varios miembros del cartel tenían credenciales que los identificaban como agentes de la AFI y que les permitían portar armas. Villarreal Barragán tenía, por ejemplo, una identificación con el cargo de “segundo comandante” bajo una identidad falsa: Gerardo Máynez Real. Además, el Cartel de Sinaloa tenía patrullas “clonadas” con el escudo de la agencia a cargo de García Luna y uniformes falsos para camuflarse como policías.

“García Luna era parte del Cartel de Sinaloa, lo pusieron en su nómina”, aseguró el fiscal asistente Philip Pilmar, el encargado de dar el posicionamiento inicial de la Fiscalía este lunes. “Pese a eso se presentaba como un héroe”, dijo en su primera oportunidad para dirigirse a los jurados. César de Castro, abogado de García Luna, aseguró que las autoridades estadounidenses no tenían evidencias para probar los cargos contra su cliente. “Verán cómo su Gobierno abandona a uno de sus socios estratégicos y cómo el caso de la Fiscalía se basa en el testimonio de asesinos, secuestradores y narcotraficantes”, dijo De Castro.

El Grande fue detenido en México en 2010 y extraditado a Estados Unidos en mayo de 2012, cuando García Luna era secretario de Seguridad en el Gobierno de Felipe Calderón. Su testimonio es el primero de una lista que incluye decenas de personas listas para declarar contra García Luna, entre antiguos socios, narcotraficantes y políticos corruptos. De ser hallado culpable, el exfuncionario mexicano de más alto rango que ha pisado una corte estadounidense se enfrenta a una pena de entre 10 años y cadena perpetua en la cárcel.

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