Quien tenga un ejemplar del disco Miesencia (2020), de Rycardo Moreno (Lebrija, Sevilla, 39 años), con la canción Andrómeda y el adagio de Aranjuez, que lo conserve: es posible que en un tiempo su valor se dispare. El guitarrista flamenco y su discográfica, Karonte, van a retirar del mercado la grabación, disco que fue reconocido como uno de los más sobresalientes del año dentro del flamenco. La razón la explica el propio autor: “Hace un mes, tras unas conversaciones con la familia de Joaquín Rodrigo, que considera que la forma en la que interpreté la melodía del adagio del Concierto de Aranjuez no es apropiada, los herederos del maestro y mi compañía llegaron al acuerdo de retirar los discos del mercado y la versión en plataformas digitales de la canción Andrómeda y el adagio de Aranjuez”. Además de esta canción, en Miesencia se abordan otras versiones como Gnossiene nº1, de Erik Satie, o Skylark, de Hoagy Carmichael, junto con composiciones propias del músico lebrijano.
“Mi forma de entender la música no es convencional, es arriesgada y conlleva que pueda no gustar o no ser aceptada, algo que respeto y acepto con humildad”, afirma Moreno
La versión objeto de discrepancia con los herederos del maestro valenciano ocupa 11 minutos de la grabación y Moreno la interpreta con una guitarra cutaway (guitarra clásica, pero con un hueco en la parte baja del mástil, para facilitar el acceso a los trastes inferiores) de siete cuerdas y con el acompañamiento de una banda completa, en la que los teclados abundan en una atmósfera ensoñadora. La interpretación, como el resto de los temas, fue grabada en directo y se encuentra en el DVD que acompaña al disco. Da la casualidad también de que, en el mes de mayo del pasado año, en plena pandemia y confinamiento, el guitarrista y su discográfica decidieron hacer público ese vídeo a través de las redes sociales “en apoyo y como consuelo a los enfermos de la covid y a la gente que lo estaba pasando mal”, según recuerda Moreno. Pero todo se torció hace apenas un mes.
A pesar de las inconveniencias, el creador rehúye cualquier enfrentamiento y se muestra tranquilo, satisfecho e incluso contento con el acuerdo alcanzado con la familia Rodrigo: “Ha sido un descanso. Demasiadas desgracias tenemos en el mundo como para crear un problema más”, declara. No obstante, reconoce haberlo meditado mucho para encontrarle una lógica: “Venimos de mundos muy distintos. Si las familias de Moraíto, los Parrilla o los Jero se tuvieran que molestar en perseguir todas las versiones de sus falsetas, estarían buenos. Creo que el flamenco es mucho más generoso en ese sentido”.
“Pensaba que el clásico se podía acercar al flamenco, pero veo que no parece posible. Si Paco de Lucía ya tuvo problemas, digamos que yo tenía todas las papeletas, con guitarra cutaway y mis arreglos”, añade con un punto de humor. “Mi forma de entender la música no es convencional, es arriesgada y conlleva que pueda no gustar o no ser aceptada, algo que respeto y acepto con humildad”. Subraya, no obstante, que su idea era “acercar esa música a las nuevas generaciones, creando alrededor de la conocida melodía, pero parece ser que solo se puede hacer siguiendo estrictamente la partitura”. Este periódico se ha intentado poner en contacto con la Fundación Victoria y Joaquín Rodrigo sin obtener respuesta.
Moreno había grabado con anterioridad dos discos de carácter conceptual que marcaron un punto de inflexión en la guitarra flamenca de concierto, Varekai (Nuba/Karonte, 2015) y Galeano (Karonte, 2017), un homenaje al escritor uruguayo basado en textos de El libro de los abrazos. El desencuentro, debido a su versión del famoso adagio, no parece haberle restado un ápice de ánimo a su ímpetu creativo: ya está trabajando en las mezclas de la nueva edición de Miesencia, en la que quiere incluir parte de la grabación en directo de su concierto en la última Bienal de Flamenco de Sevilla. “La música sigue, tenemos muchas músicas por contar”.
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