En el deporte se mide el tiempo de acuerdo con el legado: de la era Usain Bolt en atletismo, la dinastía de Michael Phelps en natación o el momento Simone Biles en gimnasia. Y Tom Brady se ha erigido como el rey del fútbol americano en los últimos 20 años. El gremio y sus estadísticas como mariscal de campo le han llevado a ser considerado el mejor de todos los tiempos. Su trayectoria en los New England Patriots, sin embargo, ha entrado en el terreno de la zozobra y burbujean los rumores sobre su retiro o partida del equipo.
Los Patriots han dominado a la NFL bajo la batuta de Tom Brady. Desde su debut, en el 2000, hasta ahora han ganado en seis ocasiones el Super Bowl (2002, 2004, 2005, 2015, 2017 y 2019). Han perdido la gran final en otras tres (2008, 2012 y 2018). La franquicia, dirigida por Bill Belichick, ha sido constante en los playoffs. Hasta ahora. Los Pats sufrieron un duro varapalo este fin de semana al ser eliminados en la fase previa por los sorpresivos Tennessee Titans (20-13). Los jugadores de New England esperaban, en los últimos minutos, alguna jugada temeraria y acertada de su mariscal de campo. Brady, experto en remontadas, tenía su oportunidad: debía avanzar 99 yardas con 15 segundos en el reloj. Pero su pase perdió magia al ser desviado y luego interceptado. El rey, de 42 años, había caído.
“¿Saben? Quién sabe lo que depare el futuro”, dijo Brady tras el partido. “¿Hay alguna posibilidad de que usted se retire?”, le preguntaron al quarterback. Brady, un tanto desencajado, divagó unos segundos y respondió “es poco probable, pero, poco probable”. Al jugador estrella le resta un año de contrato, pero puede convertirse en agente libre si es que no hay una renegociación. Por las tribunas del estadio de los Patriots había pancartas que le pedían quedarse. El entrenador Belichick prefirió no hacer comentarios sobre un posible retiro. “Es el fin de los Patriots y, quizá, el de Tom Brady”, se lee en la web del The Boston Globe. “Para Brady y los Patriots, la derrota frente a Titans seguramente se sintió como el fin de una era”, reza la nota del The Washington Post.
Brady, en sus inicios, no fue considerado una promesa. Ningún reclutador pudo intuir el éxito de su carrera. En el 2000, participó en la selección de jugadores para los equipos de la NFL. Fue seleccionado en el turno 199. Bill Belichick confió en el chico de California para convertirlo en el suplente de su jugador titular, Drew Bledsoe, y cuando este se lesionó comenzó la era Tom Brady.
Brady ha superado los éxitos de Joe Montana y Terry Bradshaw, históricos mariscales. Y, pese a eso, su carrera ha estado salpicada en polémica. Brady ha hecho público su apoyo y amistad con el presidente de EE UU, Donald Trump. El jugador tenía en su casillero una gorra con el lema de campaña del republicano “Make America Great Again”. En 2015 los Pats se vieron involucrados en el escándalo por usar balones desinflados. En la antesala del Super Bowl de ese año, contra Indianápolis, el equipo de Boston usó ovoides menos inflados de lo permitido para beneficiar a Brady. La NFL castigó a la estrella de los pases con cuatro juegos sin jugar y con una multa a la franquicia de un millón de dólares. Incluso esta temporada, los Patriots están involucrados en una trama en la que habrían grabado las estrategias de sus rivales, Cincinnati Bengals, pero la NFL aún no ha impuesto un castigo.
A Tom Brady, el jugador que pasa su tiempo libre estudiando todo tipo de jugadas, le tocará ver a otros ganar el trofeo al que se había acostumbrado en alzar. Los Patriots, la NFL y el deporte esperan la última decisión del prodigioso quarterback.
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