Aunque sucedió durante el mes de agosto de 2016, no ha sido hasta esta semana cuando ha trascendido el caso protagonizado por Abby Beckley gracias a la publicación de un estudio en el American Journal of Tropical Medicine and Hygiene. Esta joven, que por aquel entonces tenía 26 años, ha protagonizado el primer caso conocido de una infección parasitaria en un ser humano propagada por moscas. Una infección que provocó que hasta 14 gusanos fueran extraídos del ojo izquierdo de Abby.
Todo comenzó cuando la chica estaba navegando a bordo de un barco pesquero. De repente sintió una especie de latigazo dentro del párpado, provocándole unas molestias que todavía permanecían después de una semana. Revisándose el ojo, y para su sorpresa, fue cuando se extrajo un primer gusano. “Sentí algo en el ojo y vi que se movía. Puse mis dedos en la zona ocular haciendo una especie de movimiento de recolección y saqué un gusano. Miré mi dedo y seguía moviéndose”, explicó la afectada.
Seis gusanos más fueron saliendo de su párpado en los días posteriores, lo que motivó su visita al médico. Éste, ante el desconocimiento de la situación que la paciente le estaba contando, pidió ayuda a al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), donde dieron con la clave.
Esos gusanos que salían del ojo de Abby Beckley eran del tipo Thelazia gulosa, una clase que afecta a los ojos del ganado principalmente en el norte de Estados Unidos y en el sur de Canadá, pero nunca hasta ahora se habían registrado incidencias en personas. La culpable de la transmisión de estos gusanos son las conocidas como moscas de cara, que se alimentan de las lágrimas que lubrican los ojos, según indican los expertos.
Los gusanos que la propia Abby Beckley se extrajo medían menos de 1’25 centímetros y eran translúcidos. Tras haberse extirpado catorce parásitos en veinte días, ninguno más fue encontrado en el ojo de la mujer, que por fortuna no sufrió ningún síntoma más.
“Los casos de infecciones por parásitos del gusano del ojo son poco frecuentes en Estados Unidos, y en este caso resultó ser una especie de Thelazia que nunca había pasado en humanos”, apuntó Richard Bradbury responsable de la investigación en el CDC. “Anteriormente se pensaba que sólo había dos especies diferentes de gusanos oculares que infectaban a humanos en todo el mundo. Ahora tenemos que agregar la Thelazia gulosa a la lista”.
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