Kiko Matamoros y Marta López Álamo se dieron el ‘sí, quiero’ el pasado octubre y dos meses más tarde desvelaron la fecha del enlace: el 2 de junio. Sin embargo, parece que su planificación está suponiendo un suplicio, y es que alguien está empeñado en fastidiar el día a la pareja.
Según ha informado ‘Sálvame’, una persona “con mucho poder” está dispuesta a gastarse cantidades importantes de dinero para arruinar la ceremonia. Parece que este enemigo de Matamoros tiene tres objetivos: la iglesia, el vestido de la novia y el banquete, y el tertuliano no está contento: “¡Esto es un p*to delirio!”.
Por un lado, ha ofrecido una suma generosa de dinero a la Basílica de San Miguel de Madrid, donde los prometidos pensaban darse el ‘sí, quiero’. No obstante, Matamoros no se ha inmutado: “Tengo dos posibilidades, la puedo celebrar en la finca de Amador en Chipiona o en Oh My Club. Hay que ser muy tonto para gastarse el dinero en esto”.
Como las desgracias nunca vienen solas, parece que esta persona también se está intentando quedar con los salones del Hotel Ritz y está dispuesto a pagar el doble de dinero de lo que cuestan para que la pareja se quede sin lugar donde celebrar su banquete nupcial.
Por el otro lado, esta persona está intentando sobornar al atelier encargado de confeccionar el vestido de boda de la influencer para que publiquen el diseño y la pareja se quede sin exclusiva. Ha informado Adela González: “Esta persona ya ha llamado a dos diseñadores para conocer si son ellos quienes le van a hacer el vestido”.
No obstante, aunque tranquilo porque tiene todas sus reservas bajo contrato, el tertuliano está muy enfadado: “No se puede jugar con estas cosas, el matrimonio es un sacramento y hay que respetarlo”.
Según González, la persona que se ha propuesto boicotear el día de la pareja ha puesto en duda todos los documentos presentados por ellos: “Cuestiona que no hayáis cumplido todos los sacramentos, ha llegado hasta el obispado para comprobar la veracidad de vuestros papeles”.
Matamoros se encuentra actualmente haciendo todos los cursos prematrimoniales debidos para poder casarse por la iglesia, pues el madrileño ha tenido que renunciar al ateísmo.
Matamoros, finalmente, dejó claro que cumple con todos los papeles necesarios: “Estoy bautizado y comulgado”, y terminó la conversación sentenciando: “Yo me voy a casar el día 2 de junio por lo civil o por lo criminal”.