El proceso al que Trump se enfrentará en el Senado fue señalado como “una marca indeleble en la presidencia más turbulenta de los tiempos modernos” por The Washington Post.
Por Samantta Hernández Escobar
La noche del 18 de diciembre, la Cámara de representantes, de mayoría demócrata, aprobó los cargos por abuso de poder y obstrucción del Congreso de los que se le acusa al presidente Donald Trump, turnando la posibilidad de que sea destituido en manos del Senado.
La probabilidad de que Trump sea separado de su cargo es lejana, pues contrario a la Cámara, en el Senado, los republicanos cuentan con mayoría.
No obstante, el hecho de que el mandatario sea el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en enfrentar este proceso, marca, sin duda, su administración.
La posibilidad de que Trump sea destituido se ganó las primeras planas de los diarios estadounidenses.
El diario The New York Times calificó la jornada de votación en el Congreso como “un día de consecuencias constitucionales y una furiosa tensión partidista”.
The Wall Street Journal señaló que la decisión de la Cámara de Representante de llevar al presidente Trump a juicio político ante el Senado, “deja al descubierto las profundas divisiones partidistas en todo el país”.
The Washington Post destacó que el hecho de que Donald Trump se convierta en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser llevado a juicio político deja “una marca indeleble en la presidencia más turbulenta de los tiempos modernos“.
Pero, ¿cuál será el proceso al que se enfrentará Trump una vez que la Cámara envíe los cargos al Senado?.
En primer lugar, se elige a un grupo de legisladores que algunos fungirán como fiscales y otros como jurado.
Es ahí donde los demócratas han expresado descontento, incluso la presidenta de la Cámara señaló que los cargos no serán enviados al Senado hasta que haya garantía de un juicio justo, quiere decir que no sea partidista.
De ahí se celebra el juicio y una vez que se tenga el veredicto, éste se dará a conocer en una sesión pública. Para que Trump sea destituido del cargo, se necesitan dos tercios de los votos, de no conseguirlo, el presidente seguirá al frente.