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El karma de Jon Rahm


Después de un parón obligado al perderse los Juegos Olímpicos por un positivo por covid, Jon Rahm ha retomado el golf como lo dejó, como número uno mundial, también uno de los grandes favoritos para conquistar la FedEx Cup, el título de mejor jugador del año en el circuito estadounidense. Así lo ha demostrado en The Northern Trust, el primero de los tres playoffs de la serie (esta semana se disputa el BMW Championship y a la siguiente el Tour Championship). Rahm finalizó este lunes tercero, con -18, por detrás de Tony Finau y de Cameron Smith, que fimaron -20 y se jugaron la victoria en un desempate: venció Finau en el primer hoyo. Fue el broche con suspense a un extraño desenlace: el domingo no se jugó por una tormenta tropical que afectó al campo de Liberty National, en Nueva Jersey, y este lunes la jornada se retrasó hasta cuatro horas y casi se agota la luz para acabar el torneo. Finau (31 años) logró su segunda victoria en el circuito americano, después de Puerto Rico 2016, y de siete segundos puestos desde entonces.

Nada desvía a Rahm de su siguiente reto después de ganar este año su primer grande: ser el mejor del PGA Tour. El mejor entre los mejores. Y coronarse en un año que ha sido una montaña rusa de emociones. El aplazamiento de este último torneo hasta el lunes ha sido la última curva en un camino lleno de sobresaltos. Ya estuvo en duda su participación en el primer grande de la temporada, el Masters de Augusta, porque su mujer, Kelley Cahill, salía de cuentas el lunes posterior a la celebración del torneo. El nacimiento del primer hijo de la pareja, Kepa Cahill, se adelantó finalmente unos días y Rahm llegó al campo prácticamente desde el hospital, sin apenas entrenamiento y con la felicidad a flor de piel por su paternidad. Fue quinto y volvió a quedarse a pocos pasos de vertir la legendaria chaqueta verde.

Fue solo el inicio de una secuencia de acontecimientos que han puesto a prueba tanto su juego como su fortaleza mental con solo 26 años. El 5 de junio, después de jugar posiblemente el mejor golf de su vida, en la tercera jornada del Memorial Tournament, el torneo que organiza Jack Nicklaus y que con -18 tenía en el bolsillo a falta de la cuarta ronda, los médicos del campeonato le dijeron que debía retirarse al haber dado positivo. El golfista vasco se había vacunado unos días antes al ser informado de que había estado en contacto estrecho con un contagiado. Aún así pudo comenzar el torneo al dar negativo en las primera pruebas. Hasta que el resultado cambió y Rahm debió abandonar y seguir en la cuarentena durante la que no pudo estar presente cuando sus padres, llegados de Bilbao, viajaron a Estados Unidos para conocer a su nieto. Así, con el tiempo de nuevo justo tras cumplir con el aislamiento y ser sometido a más pruebas, llegó al Us Open. Y en la situación más extraña, un histórico bingo. Rahm ganó su primer grande y se convirtió en el primer español en conquistar el abierto estadounidense.

Como número uno del mundo y uno de los grandes favoritos, aterrizó en el Open Británico, pero un error en el material (los grados de su putter se habían alterado) le condenó en la primera vuelta (+1) a pesar de que remontó hasta ser tercero. La siguiente piedra en el camino fue la más dolorosa. Justo antes de viajar a Tokio para disputar los Juegos Olímpicos, y después de varios negativos, dio positivo en el último test antes de tomar el vuelo hacia Japón y tuvo que renunciar a una cita que le hacía especial ilusión. “Fue mucho más duro que lo del Memorial, más frustrante y más difícil de digerir, sobre todo porque se supone que hice todo lo que el sistema me pedía que hiciera. Me vacuné antes del Memorial, pasé la covid, apenas salgo a la calle y las pocas veces que lo hacemos tomamos todas las precauciones del mundo. Otra cosa sería si yo fuera un irresponsable o tomara algún riesgo, pero no es el caso. No voy a mentir, todavía hoy me siento triste por lo que pasó. Es que realmente no lo puedo explicar. Me jode porque quería ganar una medalla para España. Ya veremos cómo el karma puede compensar esto”, dijo Rahm antes de este último torneo en el que por momentos exhibió su mejor golf. Hasta 48 hoyos seguidos estuvo sin un bogey, desde el jueves hasta el hoyo 13 del sábado, y solo un mal final, con fallos en el 15 y el 18 de este lunes, le descabalgaron del liderato.

En la agenda de Rahm está subrayada la próxima Copa Ryder, que se disputa del 24 al 26 de septiembre en Wisconsin (EEUU), y luego tiene previsto jugar dos torneos en España, el Open nacional en Madrid, del 7 al 10 de octubre, y el Masters de Valderrama la semana siguiente. Si no hay más sustos por el camino.

Clasificación final del The Northern Trust.

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