Ocho nuevos nombres en la lista de agentes extranjeros del Gobierno ruso. El Ministerio de Justicia ha incluido este jueves en esta lista negra a tres periodistas, dos miembros de las Pussy Riot, un galerista, un fundador de un club de cine y al escritor opositor Víktor Senderóvich, una de las primeras personas en vivir un choque con el Kremlin tras la llegada de Vladímir Putin al poder con el cambio de siglo. Todo ello en la misma semana en que la justicia ha liquidado dos ONG con más de 30 años de historia, Memorial y su filial de derechos humanos, por no mostrar en todas y cada una de sus publicaciones, desde folletos a mensajes de Instagram, que también eran agentes extranjeros.
Víktor Senderóvich fue uno de los principales artífices de los guiñoles en Rusia, y hace apenas dos meses contaba a EL PAÍS los problemas de los opositores en los últimos años: “Primero (censuraron) la televisión, después la radio, después Internet (…) Hoy nadie se atreve a alquilarme un piso. Vivimos en una atmósfera de miedo desde 2014, cuando se adueñaron totalmente del poder tras la anexión de Crimea”. A partir de ahora, figurar como agente extranjero no solo le impondrá una serie de obligaciones, como remarcar esta condición en cualquier publicación y tener que notificar a las autoridades hasta el último rublo que ingresa o gasta, sino que también le impedirá postularse a cualquier cargo público.
Senderóvich lanzó la versión rusa del programa de guiñoles de Canal+ en la televisión privada NTV en los años noventa. Sin embargo, lo dejó en 2001 tras ser demandado por caricaturizar al propio Putin. Al mismo tiempo, el canal fue adquirido por el monopolio estatal del gas, Gazprom, después de que el dueño de la cadena, el opositor Vladímir Gusinski, fuese arrestado por supuesta evasión fiscal.
El Gobierno también ha incluido en la lista a dos miembros del colectivo Pussy Riot, Verónika Nikúlshina y Nadia Tolokonníkova. “No obedecer la ley supone la apertura de un caso criminal, y no vamos a obedecerla”, ha respondido el grupo en Twitter junto a un símbolo de un payaso. “Diez miembros de Pussy Riot han tenido que abandonar Rusia a causa de los constantes ataques, arrestos y amenazas. Han sido forzados a dejar el país que aman y encontrar un hogar temporal en cualquier otro sitio, lejos de sus familias y amigos. Odio que Putin se salga con la suya arruinando las vidas de la gente”, agregó el perfil oficial.
10 Pussy Riot members had to leave Russia because ot permanent threats, arrests and attacks.
they were forced to leave the country they love and find a new temporary home elsewhere, far from their families and friends.
i hate that Putin gets away with ruining people’s lives.
— 𝖕𝖚𝖘𝖘𝖞 𝖗𝖎𝖔𝖙💦 #PUSSYVERSE (@pussyrrriot) December 30, 2021
Tolokonníkova es una de las fundadoras del colectivo y fue condenada a cárcel por un acto de protesta en 2012 dentro de la catedral de Cristo Salvador de Moscú en el que criticaron el apoyo de la iglesia ortodoxa a Putin.
También han sido añadidos este jueves a esta lista negra el propietario de una galería de arte, Marat Gelman; el fundador de un club de cine de la ciudad de Yaroslavl, Andréi Alekséyev, y la editora del medio independiente Jolod News, Taisiya Bekbulatova. Esta última fue detenida y registraron su piso en junio de 2020 por la sospecha de tener alguna vinculación con el experiodista de Defensa Iván Safronov, juzgado actualmente por supuestamente intercambiar información con terceros países.
“Esta gente distribuye sistemáticamente material a un círculo indefinido de personas mientras recibe fondos extranjeros”, aseguró el Ministerio de Justicia ruso en un comunicado. Por su parte, Putin defendió esta ley en su tradicional rueda de prensa anual, en la que dijo que esta legislación fue inventada por Occidente en los años treinta y aseguró que la versión rusa “es más liberal” que las de Europa y Norteamérica.
En total, más de un centenar de personas y entidades forman parte de la lista de agentes extranjeros del Gobierno ruso. Esta misma semana fueron liquidados en sendos juicios por incumplir la ley la fundación Memorial Internacional, que velaba por la memoria de los crímenes soviéticos, y su filial Centro de Derechos Humanos Memorial, que investigaba los crímenes en la Rusia moderna, especialmente en Chechenia y otras regiones del Cáucaso.
Además, un periodista de investigación de la BBC, Andréi Zajárov, abandonó el país el lunes apenas dos meses después de ser catalogado con la misma etiqueta. El reportero, que publicó investigaciones relacionadas con una supuesta hija de Putin o con la protección a bandas de hackers en Rusia, denunció que estaba siendo vigilado.
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