El Kremlin no ve tortura en el trato en prisión a Alexéi Navalni. El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, ha recalcado este viernes que las medidas tomadas sobre el destacado opositor en la colonia penal donde está recluido tras ser condenado a más de tres años de cárcel son reglamentarias y que las cárceles extranjeras tienen medidas “más brutales”. Navalni, que sobrevivió a un grave envenenamiento el pasado agosto en Siberia del que acusa al líder ruso, Vladímir Putin, ha denunciado que su salud en prisión se ha deteriorado alarmantemente porque las autoridades penitenciarias no le proporcionan atención médica adecuada y ha acusado a los guardas de torturarle privándolo del sueño.
Las autoridades han declarado a Navalni “en riesgo de huida”, pese a que el opositor volvió a Rusia desde Alemania —donde recibió tratamiento hospitalario por el ataque que sufrió con una neurotoxina de origen militar— consciente de que con total seguridad sería arrestado a su regreso a Moscú, donde estaba acusado de vulnerar la libertad condicional de una sentencia antigua, precisamente por estar fuera del país. Cada hora durante la noche, un guarda despierta al activista anticorrupción para comprobar que no ha huido. Algo que el portavoz del Kremlin ha considerado normal: “Es probable que se deba al sistema de mantener la disciplina y el orden de las instalaciones”, ha dicho Peskov a la prensa. “Estas diversas manifestaciones de disciplina en las cárceles de otros países del mundo a menudo se asocian con actuaciones mucho más brutales e inhumanas”, ha añadido el portavoz de Putin.
Navalni se encuentra recluido en una colonia penal, un tipo de cárcel en la que los reclusos deben trabajar. Peskov rechazó también la petición de liberación que le ha hecho la esposa del opositor, Yulia Naválnaya, al presidente ruso, a quien le solicitó también que Navalni pudiera recibir la visita de un especialista médico para tratarle del fuerte dolor de espalda y entumecimiento total de una pierna que sufre.
El líder opositor, que este jueves denunció la situación en una carta que sus abogados entregaron a las autoridades penitenciarias, ha hablado de su salud en un comentario publicado por su equipo en su cuenta de Instagram. Otro ejemplo de que incluso en prisión el Kremlin tiene difícil silenciar a su crítico más feroz, cuyo arresto provocó el pasado enero las mayores protestas en Rusia en una década. En el texto, el activista, de 44 años, habla de sus miedos a que su salud se deteriore tanto que tengan que amputarle la pierna.
Navalni apunta que el objetivo de todo es intentar “deliberadamente” que empeore para sacarle definitivamente de la circulación. “Una vez, Mijaíl Jodorkovski, que cumplió 10 años de prisión, me dijo: ‘Lo principal es no enfermarse allí dentro. No te tratarán. Si enfermas gravemente, morirás”, escribe el político, que menciona a quien fue el hombre más rico de Rusia, condenado por delitos económicos y que siempre ha asegurado que sufrió una persecución política que todavía hoy, cuando vive exiliado en Londres, no ha terminado.
La Unión Europea ha mostrado preocupación por la salud del opositor. La portavoz de Josep Borrell, alto representante para Política Exterior de la UE, Nabila Massrali, ha reclamado este viernes a las autoridades rusas que le proporcionen tratamiento médico y acceso a sus abogados y ha exigido que Rusia le libere e investigue el envenenamiento que casi le cuesta la vida al activista y que, según Bruselas, el Kremlin tenía que conocer. Moscú, que ha rechazado todas las acusaciones, ha rehuido abrir una causa penal por el ataque al opositor.
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