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El líder de un grupo de bielorrusos en el exilio, hallado ahorcado en un parque de Ucrania

El activista Vitali Shishov, en una imagen sin fecha cedida por la organización en la que trabajaba en Ucrania.
El activista Vitali Shishov, en una imagen sin fecha cedida por la organización en la que trabajaba en Ucrania.AP

El líder de un grupo que ayuda a los disidentes bielorrusos a salir del país, Vitali Shishov, ha sido hallado este martes muerto, ahorcado en un árbol de un parque de Kiev, según ha informado la policía, que no descarta que se trate de un suicidio simulado para ocultar un asesinato. Los amigos de Shishov denunciaron su desaparición horas después de que saliera a correr el lunes y no volviera ni respondiera el teléfono.

“El ciudadano bielorruso Vitali Shishov, que desapareció ayer [por el lunes] en Kiev, ha sido hallado ahorcado hoy [por el martes] en uno de los parques de Kiev, no lejos de su lugar de residencia”, asegura la nota de la policía, que ya ha anunciado la apertura de una investigación criminal por homicidio, que examinará “todas las posibilidades”, incluida la de un suicidio simulado para ocultar un asesinato.

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Shishov dirigía la organización Casa Bielorrusa en Ucrania (BDU en sus siglas en bielorruso), cuya sede se encuentra en Kiev, la capital de Ucrania, uno de los tres países, junto con Polonia y Lituania, que se han convertido en los principales refugios para los bielorrusos que huyen de la persecución desatada por el régimen de Aleksandr Lukashenko, sobre todo a partir de las elecciones de agosto de 2020. Esos comicios, en los que la comisión electoral atribuyó el 80% de los votos a quien se conoce como “el último dictador de Europa”, estuvieron marcados por las denuncias de fraude y manipulación por parte de la oposición del país, que no reconoció la aplastante victoria oficial de Lukashenko.

El activista que este martes ha aparecido ahorcado ayudaba, a través de su organización, a otros disidentes de su país a encontrar alojamiento, trabajo y asesoramiento legal. Desde el lunes, la Casa Bielorrusa en Ucrania había alertado de que se encontraba en paradero desconocido, después de salir de su casa a las nueve de la mañana para hacer deporte. De acuerdo con la organización, Shishov tenía previsto regresar a su domicilio solo una hora después. Al ver que no lograban contactar con él, sus colegas denunciaron su desaparición.

Sus allegados han denunciado en la red social Twitter que el disidente había sido objeto de seguimiento en los últimos tiempos, una vigilancia que había denunciado a la policía, según el periodista ucranio Tadeusz Giczan. De acuerdo con este periodista, que cita a amigos de Shishov, el activista bielorruso se había exiliado en Ucrania en el otoño de 2020, tras participar en las manifestaciones de protesta por el supuesto fraude electoral de Lukashenko.

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La organización que había cofundado el activista ha difundido un comunicado en el que confirma que habían sido “advertidos repetidamente tanto por fuentes locales como por nuestra gente en la República de Bielorrusia acerca de todo tipo de provocaciones, incluyendo [el riesgo de] secuestro y asesinato”.“Vitali [Shishov] recibió estas advertencias estoicamente y con humor”, precisa la nota.

La Casa Bielorrusa en Ucrania tenía previsto organizar una marcha en Kiev el 8 de agosto para conmemorar un año desde el inicio de las manifestaciones contra el régimen de Lukashenko.

Las autoridades bielorrusas califican habitualmente a los manifestantes antigubernamentales como criminales o terroristas apoyados por Occidente. El hallazgo del cuerpo de Shishov sucede cuando el régimen bielorruso se encuentra inmerso en un nuevo escándalo tras la denuncia, por parte de la atleta olímpica Kristsina Tsimanuskaia, de que las autoridades de su país trataron de repatriarla a la fuerza desde Tokio después de que criticara en sus redes sociales al comité olímpico de su país, que preside el hijo mayor de Lukashenko. La deportista ―que se negó a subir al avión que debía devolverla a Minsk, la capital bielorrusa, y pidió protección a la policía del aeropuerto de la capital nipona―, ha obtenido un visado humanitario de Polonia, a donde está previsto que viaje este miércoles.

El régimen bielorruso es ya objeto de sanciones por parte de la Unión Europea, después de que el 23 de mayo las autoridades de ese país forzaran el desvío y aterrizaje de emergencia en Minsk de un vuelo comercial de la compañía Ryanair, que viajaba de Grecia a Lituania, para detener al periodista Roman Protasevich, perseguido por el régimen de Lukashenko, y a su pareja, la ciudadana rusa Sofía Sapega. Desde el inicio de las protestas en agosto del año pasado, más de 33.000 personas han sido detenidas y miles de ellas represaliadas en Bielorrusia.




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