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El Madrid, con LaLiga en Marte

Roger Martí (centro), tras marcar este sábado el gol de la victoria del Levante ante el Madrid en el Alfredo di Stéfano.Manu Fernandez / AP

Salvo siniestro total, LaLiga es colchonera. Partido a partido, los rivales del Atlético se desploman. Unos en el campo, caso del Real Madrid ante el Levante. Otros, incluso en la sala de prensa. “No estamos para ganar muchos títulos”, dijo este sábado Ronald Koeman, técnico del Barça. Pocas horas después, el Real se fue a la lona en el Alfredo di Stéfano. La expulsión de Militão antes de los diez minutos le dejó toda la tarde a la intemperie.

No reaccionó a tiempo Zidane desde casa y el Real no tuvo más respuesta que Courtois. El belga, que detuvo un penalti a Roger con 1-1, casi vale por diez. Pero el propio Roger dio la puntilla a los madridistas. Entonces, sí intervino ZZ. Sorprendente. Con el título por las nubes, lejos de descamisarse en el último tramo, Benzema y Asensio se fueron a la tribuna en favor de Mariano y Arribas. Extenuado el Real, nadie le dio un refresco. Ni Courtois, improvisado delantero grúa en la jugada final. Sin remedio para los blancos, fundidos desde mucho antes, sin nuevos ajustes desde la baja de Militão.

El Levante es un equipo tan atractivo como revoltoso. Condición, esta última, que aturulla a sus rivales. Lo mismo da que se trate de un Madrid o un adversario del camión escoba. El equipo granota es de esos que mira al frente. A pecho abierto, los muchachos de Paco López son de los que invaden el área del enemigo. Ocurrió de nuevo en Valdebebas.

El Levante desajusta tanto como se desajusta. Así que cada pelotazo, a favor o en contra, resultaba un chollo para las delanteras. Dos pelotas al vuelo estuvieron a punto de embrollar a Courtois, Odriozola y demás centinelas. Justo antes de que un envío al horizonte de Sergio León, que arrancó desde campo propio, derivara en un atropello de Militão. El árbitro no vio nada. Un linier, sí. Amarilla. También se chivó el VAR. El colegiado fue al vídeo y roja. El central brasileño era el defensa terminal cuando León se iba a un duelo esgrimista con Courtois.

Ni diez minutos se habían cumplido. Todo a favor de los visitantes. Pero como queda dicho, el Levante da tanto como concede. Lo suyo es el destape.

Aún farfullaba el Madrid por su inferioridad —con Casemiro como central postizo— cuando Melero se fue el suelo en el rancho de Courtois por un presunto arreón de Mendy. Un pase de Kroos a lo Modric, con el empeine exterior, desde el infinito puso en marcha a Asensio. El balear se cruzó el Di Stéfano a la carrera y batió a Aitor con un remate con la bota derecha. Tan singular es este Levante que el primero que intentó llegar al arresto del madridista fue Morales, un extremo. De repente un partido imprevisto: con diez el Real Madrid y un maratón por delante y con el marcador en contra el Levante con once.

Trinchera local

Se apiñó el Madrid en la trinchera de Courtois, pero sin auxilios de Hazard y Asensio, a los que el encuentro se les hizo tan largo como la ruta a tapar. Por las orillas encontró la vía de evacuación el conjunto granota, con Miramón y Clerc, sus laterales, a su aire. Courtois frustró un remate de Roger y, en un choque sin freno, de ida y vuelta, Asensio se enredó ante Aitor tras un control exquisito.

Militão, jugador reclutado desde el trastero por las múltiples bajas defensivas de los de ZZ, ya había quedado marcado. Lo mismo que poco después Odriozola, otro repescado desde el fondo del cuarto oscuro. El guipuzcoano dudó en la marca ante un centro de Miramón y Morales embocó como un ángel. Con un remate a bote pronto de lo más complejo.

Hubo tregua tras el descanso. No apuraba el Levante. Solo resoplaba el Madrid. Todos querían calma. Hasta que irrumpió otro madridista en el olvido en los últimos tiempos. En su primera acción, Vinicius arrolló a Clerc. ¿Sobre la raya, fuera? El VAR, se supone que con ojo clínico, decretó penalti. Courtois, que tiene extensiones en esos brazos interminables, rechazó el disparo de Roger.

No se rindió el atacante azulgrana, que en una trenza entre Bardhi y Rochina al saque de un córner batió al portero belga. Una jugada a la que la zaga local puso la alfombra. Todo un paseíllo para los de Paco López. Punto final para un Real Madrid cada vez más en la cuneta. Sin Supercopa, sin Copa, con el título liguero a vista de Marte… A siete puntos del Atlético, al que restan dos encuentros.

Partido a partido irá brindando Simeone. Salvo cataclismo. Si Europa no lo remedia, para este Real Madrid con tanto que renovar será un engorro de aúpa el mucho curso que falta.


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