La Real se hizo con el liderato tras derrotar a un Betis superado por el fútbol de Silva y la capacidad realista de golpear en el momento adecuado. El conjunto vasco le impuso al Betis un duro castigo, producto de su mayor calidad y pegada, mientras que los verdiblancos se ahogaron en el lamento por dos decisiones arbitrales con el 0-1 en el marcador. La primera, un gol anulado a Sanabria por el VAR que pareció legal, pero las líneas tecnológicas no mienten y se apreciaba un muy justo fuera de juego. La segunda, una jugada en la que hubo un claro agarrón dentro del área a Sanabria, al que Le Normand rompió la camiseta. Estrada Fernández acudió al monitor y apreció falta previa del delantero para asombro de los béticos.
Más allá de esta decisión, la Real fue mejor que el Betis, en especial en la primera mitad. Pellegrini debería preguntarse, por ejemplo, por qué la Real le dominó el centro del campo con un Canales sin aire. También por qué Fekir aporta tan poco. Del mismo modo, podría analizar por qué acumuló delanteros en el segundo tiempo en unos cambios que desguarnecieron su centro del campo. Por ahí vino, por ejemplo, la acción definitiva de Silva con su pase a Isak. La jugada acabó en el enésimo penalti de Bartra. Convertido por Oyarzabal, supuso el 0-2 y el final del choque, al que puso la guinda Januzaj con un golazo. Al Betis, que venía de un partidazo en Mestalla, le sentó fatal el parón liguero. La Real, con un excelente centro del campo, fue un justo vencedor en el Villamarín. Sus goles fueron producto de fantásticas combinaciones que desbarataron el frágil sistema verdiblanco. Ahora, mientras espera el estreno europeo, le toca disfrutar de un magnífico liderato.
La Real había avisado en el minuto 39. Fue la mejor ocasión de un primer tiempo soso, con dos equipos que querían tener el balón y que apenas podían jugarlo con criterio. Sin embargo, siempre dio más sensación de peligro el conjunto vasco, con argumentos de mucho calibre del centro del campo en adelante. En ese minuto 39, la Real desbarató la adelantada presión verdiblanca con un jugadón que acabó con un medido pase de Silva a Willian José, que falló un gol cantado. Es una delicia ver jugar a Silva, dominador en el centro del campo de la Real, donde los vascos edificaron su hegemonía. Por eso, ante un Betis atascado, con Canales, Fekir y Joaquín sin aire, la Real se inventó una buena jugada que acabó en gol de Portu. El medido pase de Merino a Oyarzabal desbarató a Ruibal. El tobillo del internacional giró de forma prodigiosa para colocar un balón perfecto al área, donde Portu batió sin remisión a Bravo.
El resultado hacía justicia a lo visto en el primer tiempo. La Real, estupenda en el trato del balón, se imponía a un Betis muy atascado, sin ritmo, con Borja como un auténtico náufrago en la delantera. El delantero pasa por un bajo momento de forma que se hace ya eterno.
El Betis salió con otro aire en la segunda mitad. Sanabria dio más profundidad y el equipo actuó con mucha más intensidad y ambición. Sanabria empató tras un gran centro de Tello. En la imagen parecía gol, pero el VAR tiró las líneas y se apreció fuera de juego. Unos minutos más tarde, Le Normand le rompió la camiseta al propio Sanabria. Estrada fue al monitor y pitó falta previa del paraguayo. Los jugadores béticos se frustraron con esta decisión, aunque todavía Tello gozó de una buena opción a pase de Loren. La Real, hasta entonces bastante tímida, encontró la salida a la presión andaluza en un gran acción de Silva, que dejó en ventaja a Isak. Bartra agarró al delantero sueco y Oyarzabal hizo el segundo tanto de penalti. Demasiado para un Betis frustrado por su ausencia de empaque y las decisiones arbitrales. Januzaj, con un golazo, completó el resultado mientras los defensas del Betis actuaban como pasmarotes, abriendo todos los caminos del gol a sus rivales.