Como una serie de dibujos sin interpretación clara, tras los cuales se han narrado todo tipo de mitos y leyendas, el Manuscrito Voynich es considerado uno de los libros más trascendentes de la historia de la humanidad. No exactamente por lo que dice, sino porque nadie puede comprenderlo.
En efecto, este libro se encuentra compuesto por un sinfín de ilustraciones que hasta el momento no han podido ser descifradas, lo que es mucho considerando que tiene más de seis siglos de existencia, al punto de que se le conoce como “el libro que nadie puede leer”.
Sin embargo, este manuscrito no gozó de su fama actual sino hasta hace un siglo, más precisamente en 1912, cuando un coleccionista, Wilfrid Voynich, lo adquirió en Italia, e intentó saber qué había detrás de la obra. Por supuesto, no pudo. Ni él ni otros amigos y expertos de aquella época.
¿De qué trata este manuscrito?
Las ideas y creencias en torno al Manuscrito Voynich son extremadamente variadas, ya que hay quienes sostienen que se trata de un escrito avanzado en materia de botánica, y otros que se decantan por la criptografía. No obstante, a nadie le cierra un 100% ninguna hipótesis.
Más allá de que el personaje ficticio de Indiana Jones logra, en un instante dado, entender qué hay en este famoso y misterioso libro, lo cierto es que sus 246 páginas y 170.000 caracteres siguen siendo eso, un misterio insondable en el que se observan algunas especies de plantas con lujo de detalle, pero ninguna de ellas clasificadas por la ciencia moderna. ¿Eran plantas realmente entonces?
Descartadas las teorías que argumentaban que era un libro pensado para engañar a la gente a inicios del siglo XX por las pruebas de carbono que corroboran su existencia desde el siglo XIV o XV, el manuscrito bien puede ser un símbolo de tiempos en los cuales tanto científicos como alquimistas desarrollaron lenguajes alternos para proteger su información… y por qué no su propia vida.
Sea como sea, no están expuestos en ningún idioma conocido, muestras imágenes similares a las reales pero no exactamente iguales, ni tampoco referencias a especies o rituales de alguna tribu. Hay quien asegura que, en rigor de la verdad, su autor bien podría haber sido alguna persona con desórdenes mentales, y de ahí esas ilustraciones.
Por lo demás, el libro se comercializa en prácticamente todo el mundo, así que puedes conseguir una copia para ver si eres tú, luego de más de medio milenio, quien responde a sus preguntas.
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