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El mejor truco para evitar que el huevo frito se pegue a la sartén

El huevo es uno de los alimentos más consumidos de todo el mundo por su versatilidad en la cocina y su amplio abanico de beneficios para la salud: reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, favorece el desarrollo del cerebro, promueve el incremento de masa muscular… Existen muchas formas distintas de cocinar el huevo, y una de ellas es frito. No es la más saludable de todas ya que tiene un alto contenido en grasas y calorías, pero no pasa nada por comerse un huevo frito de vez en cuando.

¿Cómo cocinar un huevo frito?

Parece que cocinar un huevo frito es lo más sencillo del mundo, pero conviene tener en cuenta algunas cosas para que no se pegue a la sartén y quede perfecto.

Lo primero y más importante es que el aceite esté a entre 180 y 185 grados, así que debemos tener paciencia para que se caliente la sartén a la temperatura adecuada. En la cocina las prisas nunca son buenas.

Uno de los errores más comunes según los expertos es sacar el huevo de la nevera justo antes de añadirlo a la sartén. Tiene que estar a temperatura ambiente durante media hora para evitar un cambio de temperatura brusco.

Cuando freímos un huevo en la sartén, el aceite salpica mucho y siempre corremos el riesgo de quemarnos. Por suerte, existe una solución muy sencilla, que consiste simplemente en añadir un poco de harina a la sartén.

Además de a la sartén, el huevo frito también se puede quedar pegado a la espátula. La forma más sencilla de evitarlo es echar un poco de aceite en la espátula.

¿Cómo hacer el huevo frito perfecto?

La clave para que la yema y la clara queden bien unidas está en utilizar huevos frescos, cuanto más mejor. La razón es que los frescos se extienden menos al echarlos en la sartén.

Sobre gustos no hay nada escrito, así que hay quienes prefieren la yema más líquida, y a otros les gusta más cuajada. Si somos de los primeros, tenemos que freír el huevo durante un minuto, mientras que si somos de los segundos, podemos cocinarlo más tiempo a fuego bajo.

Para sacar el huevo frito de la sartén siempre tenemos que utilizar espumadera. Una vez en el plato podemos añadir las especias que más nos gusten, aunque la pimienta negra siempre es la mejor opción.

Y, por último, si nos gusta el huevo frito con puntilla, simplemente debemos tener el aceite más caliente de lo normal, por encima de los 185 grados.


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