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El Ministerio del Interior británico afirma que la cantidad que Enrique de Inglaterra ofrece pagar por su seguridad es ‘irrelevante”


Cuando Enrique de Inglaterra y Meghan Markle anunciaron la decisión, en enero de 2020, de abandonar la familia real británica y marcharse a vivir fuera del país, en este caso a Estados Unidos, sabían que dejaban atrás muchas y muy pesadas cargas, pero también muchos privilegios que, en el caso de Enrique, vienen desde la cuna. Sin embargo, hay un problema que parece que no lograron prever y cuyas consecuencias llevan arrastrando dos años: el de la seguridad. Y de ese asunto han tratado hoy sus abogados ante un tribunal de Londres.

Al no ser ya miembros trabajadores de la familia de Isabel II, los duques de Sussex tienen que pagarse su propia seguridad, algo que hacen en EE UU, donde viven. Sin embargo, esos agentes no tienen jurisdicción en el Reino Unido; por ejemplo, no pueden acceder a las informaciones de los servicios de inteligencia británicos, que serían claves para protegerles. Por tanto, Enrique le exige a su país natal que, cuando regrese, pueda pagarse él mismo la seguridad, algo a lo que el Ministerio del Interior se niega acusando, además, al príncipe de que la cantidad que ofrece es muy pequeña. Y de ahí esta vista preliminar.

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En la audiencia celebrada este viernes en el Alto Tribunal de Justicia de Londres, los abogados del príncipe han asegurado que Enrique, de 37 años, y su familia “son incapaces de volver a su hogar” a causa de la falta de seguridad que tanto les preocupa. Al parecer, el hijo menor de Carlos de Inglaterra y la difunta Lady Di ansía llevar a sus dos hijos, Archie y Lilibet, al Reino Unido de visita desde EE UU, pero afirma que no puede hacerlo.

Shaheed Fatima, la representante legal del príncipe, ha asegurado ante la corte: “Esta queja trata sobre el hecho de que el duque no se siente seguro cuando está en el Reino Unido a causa de los acuerdos acerca de su seguridad que comenzaron a aplicarse en junio de 2021 y que seguirán aplicándose si se decide a volver”. Según la revista Hello!, la letrada ha continuado explicando ante el tribunal británico: “Ni que decir tiene que él quiere regresar a su hogar para ver a su familia y amigos y para seguir apoyando a las causas benéficas que tanto le importan. Este es y siempre será su hogar”.

En un comunicado a mediados de enero, los portavoces del príncipe explicaban que él mismo estaba dispuesto a pagarse la seguridad, aunque también esgrimían que hay otros casos de “personas que han dejado un cargo público y mantienen la protección policial sin coste alguno”. “El príncipe Enrique heredó un riesgo de seguridad al nacer, de por vida. Sigue siendo el sexto en la línea de sucesión al trono, cumplió dos períodos de servicio de combate en Afganistán y, en los últimos años, su familia ha sido objeto de amenazas neonazis y extremistas bien documentadas. Si bien su rol dentro de la institución ha cambiado, su perfil como miembro de la Familia Real no lo ha hecho. Tampoco la amenaza para él y su familia”, reclamaba entonces esa carta.

Sin embargo, según han dado a conocer los abogados del Ministerio del Interior británico durante la vista, la cantidad que Enrique estaba dispuesto a pagar por esa seguridad era “irrelevante”. “El personal de seguridad proporcionado por la policía no está disponible a través de una financiación privada”, ha afirmado. También ha explicado que el comité encargado de decidir acerca de la protección de figuras públicas y miembros de la familia real ya le ha dado a Enrique un “estatus excepcional” en las ocasiones en las que ha acudido a Gran Bretaña y “según las funciones que lleva a cabo cuando está presente”, y que ese comité “implementará un enfoque particular a cada caso según las circunstancias”.

Además, esos mismos abogados han afirmado por escrito que Enrique “no ha brindado el debido respeto” al ministro del Interior y a ese citado comité como expertos ambos en la toma de decisiones en materia de seguridad y riesgos. Por tanto, el Ministerio va a examinar a fondo los costes de este proceso legal.

Desde que se marchó en la primavera de 2020, Enrique solo ha estado en su país natal en dos ocasiones, al menos públicamente. La primera fue algo más un año después de marcharse, cuando en abril de 2021 regresó a Londres para acudir al funeral por su abuelo, el duque de Edimburgo, marido de Isabel II. La segunda y última hasta el momento fue el 1 de julio cuando, junto a su hermano Guillermo y en los jardines del palacio de Kensington, desveló una estatua en honor a su madre, la princesa Diana.


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