El discurso del presidente Jair Bolsonaro en la Asamblea General de las Naciones Unidas parecía el final del bochorno por el que pasaría la delegación brasileña durante los días que visitó Nueva York. Por no haberse vacunado contra el nuevo coronavirus, el presidente se vio obligado -y obligó al grupo- a comer en la calle, debido a las restricciones impuestas por el pasaporte sanitario adoptado por la ciudad. El último día de los brasileños en la ciudad deparó, sin embargo, un último desasosiego: el ministro de Sanidad, Marcelo Queiroga, dio positivo por covid-19. El día anterior, el ministro había sido captado por las cámaras haciendo gestos ofensivos a los manifestantes que protestaban por la presencia de Bolsonaro en la ciudad.
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La Secretaría Especial de Comunicación Social (Secom) informó de “que el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, que formó parte de la comitiva presidencial a Nueva York (EE UU), dio positivo a la covid-19 y permanecerá en los Estados Unidos durante el período de aislamiento. El ministro se encuentra bien”. “También informamos de que los demás miembros de la delegación fueron examinados y dieron negativo en las pruebas de detección de la enfermedad”, dice el comunicado. Queiroga fue el segundo miembro de la comitiva que dio positivo durante el viaje y tendrá que pasar 14 días en cuarentena. “Estaré en cuarentena en los #EEUU, siguiendo todos los protocolos de seguridad sanitaria. Mientras tanto, el @minsaude seguirá firme en las acciones de enfrentamiento de la pandemia en Brasil. Venzamos a este virus!”, publicó el ministro en su perfil de Twitter.
Durante su discurso del martes, Bolsonaro atacó “el pasaporte sanitario o cualquier obligación relacionada con las vacunas” y volvió a defender el tratamiento con cloroquina para combatir las primeras etapas de la enfermedad, algo que de probada ineficacia científica. “Yo mismo fui uno de los que hizo un tratamiento temprano”, dijo el presidente, que el día anterior se empeñó en decir en una reunión con el primer ministro británico, Boris Johnson, que no se había vacunado. El presidente brasileño también recibió una reprimenda pública del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, por no haberse vacunado. Su cuarto ministro de Salud sí se vacunó, pero el coronavirus lo infectó en un momento especialmente inoportuno para Bolsonaro.
Antes del viaje, el jueves de la semana pasada, Queiroga aconsejó al presidente que se vacunara durante el Facebook live semanal de Bolsonaro. “El presidente defiende la autonomía del médico. No soy su médico, pero defiendo que el presidente tome la decisión en el momento oportuno. Dice que es invencible. No sé si es invacunable. Pero luego hablaré con Michelle [Bolsonaro, la esposa del presidente]”, dijo Queiroga.
Como ministro de Salud de Bolsonaro, Queiroga fue quien logró equilibrar durante más tiempo las necesidades de combatir la pandemia en el país y el constante boicot presidencial a las medidas implementadas para intentar contener el avance del coronavirus. Sin embargo, días antes de incorporarse a la comisión que viajó a Nueva York, el ministro se vio envuelto en una polémica por la decisión del ministerio de Sanidad de suspender la vacunación contra el covid-19 entre los adolescentes de 12 y 17 años.
Durante la rueda de prensa en la que detalló la decisión, Queiroga reforzó los argumentos bolsonaristas sobre las vacunas. La decisión iba en contra de la opinión de los expertos y de la evaluación de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), y varios gobernadores anunciaron que no seguirían la instrucción. El martes, el ministro del Tribunal Supremo (STF) Ricardo Lewandowski decidió que los estados y municipios pueden decidir sobre la inmunización de este grupo. La decisión aún debe ser evaluada por el pleno del STF.
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