El ministro del Interior francés afirma que España e Italia “controlan mal” la inmigración


Francia redobló el sábado la presión a España para que ceda un papel más relevante a la Unión Europea en el control de la inmigración, y cuestionó la capacidad de este país y de Italia para garantizar en solitario el control de las fronteras exteriores de Europa.

“Nuestros amigos españoles o italianos, que están más cerca de la ribera sur del Mediterráneo, afrontan una inmigración importante que controlan mal”, declaró el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, en una entrevista con el diario Le Parisien. Y añadió: “Europa no es capaz de mantener fronteras exteriores a la altura”.

Darmanin respondía así a una pregunta sobre las imágenes recientes de inmigrantes intentando cruzar por mar la frontera entre Marruecos y la ciudad autónoma española de Ceuta. Se refería en concreto a la de un guardia civil manteniendo a flote un bebé. A principios de esta semana, Rabat permitió durante unas horas el paso a España de miles de personas, después de que España acogiese al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, una afrenta para Rabat.

“La imagen de este bebé en el mar conmueve todos los corazones humanos”, dijo el ministro francés. “Desgraciadamente, es una problemática europea”.

Darmanin promete que, cuando Francia presida el Consejo de la UE en el primer semestre de 2022, una prioridad será “establecer un control verdadero en las fronteras exteriores, con un registro sistemático de inmigrados y una uniformización en las demandas de asilo”. En una carta enviada el pasado jueves al ministro Fernando Grande-Marlaska, Frontex considera que “el incremento de la presión migratoria sobre España” debería llevar a Madrid a permitir la ayuda de la agencia “ante esta situación desafiante”. Interior rechazó este viernes esa opción.

Al declarar que España e Italia, principales países en el flanco meridional de la UE, no controlan adecuadamente sus fronteras, el ministro francés hacía una constatación: los europeos no han logrado el blindaje total ante la llegada de inmigrantes sin papeles. Al mismo tiempo, sus palabras son una manera de hacer recaer la responsabilidad en las autoridades españolas e italianas por un fenómeno, la inmigración irregular, que acaba afectando a Francia.

Una parte de las personas que llegan a España de África anhela proseguir el viaje hasta Francia o más allá. Y en Francia, con elecciones presidenciales el año próximo y una extrema derecha pujante, nadie, y menos el Gobierno, quiere parece blando en cuestiones como el terrorismo, la seguridad ciudadana y la inmigración, que suelen acabar mezclándose.

El presidente de la República, Emmanuel Macron, ha decidido por su cuenta en el último año reforzar el control de las fronteras de Francia con España a Italia. En noviembre de 2020, tras una serie de atentados islamistas, dobló, de 2.400 a 4.8000, el número de policías, gendarmes y militares en las fronteras. También ha cerrado varios pasos fronterizos en los Pirineos.

El refuerzo ha dado resultados. Entre noviembre y marzo, Francia devolvió a España 12.288 personas cuando intentaban entrar en territorio francés, el triple de lo registrado entre noviembre de 2019 y marzo de 2020, según datos publicados en abril por el diario Le Figaro. Además, 3.469 personas fueron interceptadas en departamentos vecinos, en particular de los Pirineos Orientales, que hacen frontera con Cataluña. En este caso el aumento es del 25%.

Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional y candidata a la presidencia francesa, señaló a los gobernantes franceses, sin citarlos, por la crisis en Ceuta. “¡Contrariamente a las palabras de calma de nuestros dirigentes, la UE es un coladero donde entra todo el mundo!”, escribió en la red social Twitter. “¡Esto tiene que parar!”


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