La patronal de la industria de la telefonía móvil GSMA ha querido este lunes reafirmar su compromiso con que el congreso mundial de móviles se celebrará en Barcelona entre el 28 de junio y el 1 de julio. Para ello han diseñado, conjuntamente con la Generalitat, un plan contra la propagación de la covid-19, que incluye la petición de un test negativo a cada asistente cada 72 horas, y la organización de espacios y puntos de control de temperatura para garantizar en todo momento la seguridad. Con todo, los organizadores prevén que en esta edición acudan entre 45.000 y 50.000 personas, más de la mitad de los asistentes al congreso de 2019.
El Mobile World Congress es el evento de negocios más importante que se celebra en Barcelona. En 2019, la última edición que se pudo llevar a cabo, se batió el récord de asistentes, con 109.000 personas. La pandemia truncó los planes de crecer sin parar, y la edición de 2020, prevista en febrero, se canceló ante la propagación del coronavirus que empezaba a llegar a Europa. La organización aseguró que en 2021 se celebraría el congreso, y más adelante lo desplazó en el calendario hasta principios de verano para asegurar que se podría llevar a cabo.
Pese a las dudas que planean sobre su celebración, por el escaso interés de las empresas y por la incertidumbre sobre el grado de presencialidad que podrá tener el salón, los organizadores del Mobile aseguran que se celebrará, aunque reconocen que todo está supeditado a las “circunstancias cambiantes” de la evolución de la pandemia. Entre un mes y seis semanas antes de la fecha fijada se confirmará definitivamente la celebración o suspensión del evento, según ha explicado este lunes en un encuentro telemático con periodistas Stephanie Lynch-Habib, directora de márketing de GSMA.
De entrada, de celebrarse, el congreso tendrá que ser con menos gente, y prevén una asistencia de entre 45.000 y 50.000 personas. Entre las medidas que estipula el plan de seguridad, están las relativas a las pruebas diagnósticas. La GSMA exigirá a los viajeros provenientes de ciertos destinos que muestren un test negativo para viajar a Cataluña si vienen en avión. Si llegan en tren o en coche, los participantes serán dirigidos a los centros de pruebas que el Mobile habrá establecido. El test negativo será necesario para acceder al congreso, y la prueba se tendrá que repetir cada 72 horas. El Mobile prepara una aplicación móvil (My MWC) para avisar sobre la caducidad de las pruebas. Mediante esta misma aplicación se podrá hacer rastreo de contactos, datos que se compartirán con las autoridades sanitarias.
El espacio tendrá que reorganizarse para garantizar la seguridad, y el plan se ha basado en el protocolo de seguridad y prevención que actualmente aplica Fira de Barcelona. Habrá 1.300 dispensadores de gel desinfectante, los asistentes deberán llevar una mascarilla FFP2 y habrá controles de temperatura en todos los puntos de acceso. Las entradas y salidas se duplicarán para garantizar el distanciamiento social. No habrá acreditaciones físicas y se digitalizarán todas las interacciones. Las mismas normas se aplicarán en los bares y restaurantes del recinto de Fira de Barcelona en la Gran Via de L’Hospitalet de Llobregat, cuya ventilación y sistemas de monitorización de densidad de gente se han mejorado. También se han ampliado las instalaciones médicas de Fira.
“Hemos trabajado con socios, autoridades sanitarias y profesionales médicos para crear un plan que genere confianza en nuestro regreso a los eventos presenciales. Sin duda, la covid-19 es nuestro mayor reto hasta la fecha. Pero nuestra experiencia nos da una base sólida desde la que hemos construido nuestro plan. Esta base significa que el Mobile de Barcelona puede seguir adelante de forma segura en persona y con un componente digital en línea para quienes no puedan asistir”, afima John Hoffman, director general de GSMA, en un comunicado.
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