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El motivo por el que es peligroso comer el turrón del año pasado

Con la Navidad a la vuelta de la esquina, quizá te parezca una buena idea comer el turrón del año pasado. Pero no lo es. La pregunta de si se puede guardar y consumir el turrón de un año para otro es una de las más repetidas en estas fechas, pero no existe una respuesta universal para ella. Y es que, depende en gran medida del tipo de turrón, del lugar donde lo conserves y de la temperatura, si se conserva durante un periodo de tiempo más corto o más largo.

El turrón es un alimento que no tiene fecha de caducidad, pero sí un consumo preferente. ¿Qué quiere decir esto? Que si lo consumes después de la fecha indicada no te va  sentar mal, pero seguramente haya perdido buena parte de sus propiedades, y el sabor y la textura no serán los esperados.

Por lo general, la fecha de consumo preferente de los turrones es de un año. Pasado este tiempo, la recomendación de los expertos es no consumir este dulce. La razón es que los ingredientes se pueden ir deteriorando y, en función de que lo consuma, puede sufrir problemas estomacales, con síntomas tales como naúseas, vómitos y calambres.

¿Cómo conservar y servir el turrón?

A la hora de trocear el turrón, es muy importante usar una tabla de cocina como base. Por supuesto, el cuchillo tiene que estar bien afilado para obtener cortes precisos y limpios. La forma clásica de corte es alargada y rectangular, para que el bocado se pueda comer en un par de bocados.

Para evitar que el turrón se quede pegado al plato y se reblandezca con la temperatura ambiente, lo mejor es colocar una blonda de papel parafinada. Si queremos disfrutar del sabor del turrón en todo su esplendor, debemos tener en cuenta que la temperatura idónea para servirlo es de 15 grados.

Pero, ¿cómo podemos controlar la temperatura? Conservando el turrón en la nevera y sacarlos un poco antes de servirlos. Si queremos ahorrar tiempo, podemos guardarlo en la nevera cortado y listo para servir. Eso sí, es fundamental tapar los trozos y que no estén en contacto con el aire de la nevera. De lo contrario, se reblandecerán.

Y, por último, la bebida perfecta para acompañar este dulce navideño debe tener un toque ácido. Un cava o una tónica son una opción fantástica. Si queremos tomarlo con un café o un té, mejor no añadir azúcar a la bebida.


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