El pasado miércoles 28, se estrenó en los cines Indiana Jones y el dial del destino, la última película de una saga que lleva más de 40 años en activo. En principio (él mismo lo ha confirmado), esta será la última vez en la que Harrison Ford se coloque ese mítico gorro que ha encandilado a miles de generaciones de cinéfilos a lo largo de los años. Es una decisión consecuente ya que, a pesar de ser un intérprete lleno de energía, Ford tiene a sus espaldas ya 80 años y no parece que pueda aguantar el ritmo a más aventuras en la gran pantalla. Entonces ¿es el fin definitivo a más aventuras de Indi? ¿Quién podría ser el nuevo Indiana Jones? Pues si hacemos memoria, sabemos que ante nuestros ojos ya tuvimos al perfecto sucesor, pero la vida nos lo arrebató.
Los amantes del cine saben el revuelo mediático que supone buscar a los herederos interpretativos ideales de aquellos personajes que son icónicos. Ahí están todos los debates que surgen ante la posibilidad de encontrar a un nuevo James Bond o a un nuevo Superman. Ahora, esta búsqueda es una incógnita nunca antes vista para el personaje de George Lucas y estamos completamente seguros que Disney no va a dejar de aprovechar la oportunidad de seguir explotando a un rol tan icónico dentro de la cultura popular.
Teníamos al nuevo Indi perfecto
No, no hablamos de ese intento de colar a Shia Labeouf como el descendiente de Ford en la infame El reino de la calavera de cristal. Nos referimos a River Phoenix, quien en 1989 encarnó a una versión joven del arqueólogo para ofrecernos uno de los mejores arranques del género. En aquel entonces, sustituir a la estrella era una situación impensable, pues el actor tenía poco más de 30 años. Sin embargo, echando la vista atrás, Phoenix parecía haber nacido para encarnar al aventurero.
Desgraciadamente, la madrugada de un 31 de octubre de 1993, falleció a causa de una sobredosis. Los excesos se llevaron a uno de los más prometedores actores de su generación y posiblemente al nuevo Indiana Jones ideal. La mezcla perfecta de talento y magnetismo que siempre necesita una saga para triunfar. Siempre podremos repetir ese match cut de la tercera entrega, ver la transición entre Phoenix y Ford e imaginarnos cómo habría sido el futuro de la franquicia.
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