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El mundo entero le dice adiós al 2019 y recibe al Año Nuevo


Celebrantes de todo el mundo se despidieron el martes de una década que será recordada por el auge de las redes sociales, la Primavera Árabe, el movimiento #MeToo y, por supuesto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

A continuación, un vistazo a cómo se celebra la llegada del nuevo año en todo el mundo:

HONG KONG

Las multitudes se mezclaron con manifestantes a favor de la democracia en las principales plazas del territorio, si bien los festejos se han atenuado debido a las protestas que comenzaron en junio.

La tradicional exhibición de fuegos artificiales en el Muelle Victoria fue cancelada por razones de seguridad y se erigieron barreras y se cerraron vías en el distrito de bares y restaurantes Lan Kwai Fong, para poder controlar a las multitudes.

Los manifestantes se congregaron en centros comerciales en Halloween y Navidad y hubo llamados de formar una cadena humana en centros comerciales además de otras medidas de protesta.

Las manifestaciones, que suelen desatar batallas contra la policía, han afectado al turismo y al comercio. Según cifras oficiales, la llegada de turistas disminuyó 56% en noviembre comparado con el mismo mes el año anterior.

Los festejos de Nuevo Año en Hong Kong reflejan el carácter internacional de la ciudad estado y su herencia como ex colonia británica. En China continental las celebraciones son reducidas, ya que el que se celebra es el Año Nuevo Lunar.

KIRIBATI

Uno de los primeros países en dar la bienvenida a la nueva década fue Kiribati, una nación insular en el Océano Pacífico con 3,200 atolones de coral que se extienden por más de 3 millones de millas cuadradas a ambos lados del ecuador.

Kiribati recibe el nuevo año en la primera línea de la batalla contra el cambio climático, luchando contra la sequía y el aumento del nivel del mar.

En 2020, un proyecto financiado por el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo, el Fondo Verde para el Clima y el gobierno de Kiribati espera llevar agua potable segura a la principal isla, Tarawa, donde viven la mayoría de los 110.000 habitantes de la nación.

SAMOA

En Samoa, la noche de Fin de Año fue más sombría de lo habitual. Aunque los fuegos artificiales marcaron la medianoche desde el Monte Vaea, en las inmediaciones de la capital, Apia, la despedida de 2019 fue un momento para la tristeza y el recuerdo.

Una epidemia de sarampión se cobró 81 vidas a final de año, en su mayoría de niños de menos de 5 años.

El país, que tiene una población de poco menos de 200.000 habitantes, registró más de 5.600 casos de la enfermedad. Con la epidemia ya contenida, el diario Samoa Observer nombró persona del año a los trabajadores sanitarios que lucharon contra el brote.

“Hemos vivido una extrema tristeza y pesar”, dijo el periódico. “Desde la primera muerte por sarampión, el dolor solo se ha agravado. Pero en medio de la desesperanza y las lágrimas, también hemos visto lo mejor del ser humano en la respuesta de este país”.

NUEVA ZELANDA

Las principales ciudades de Nueva Zelanda entraron en 2020 con los tradicionales espectáculos pirotécnicos. En Auckland, se lanzaron media tonelada de fuegos artificiales desde la Sky Tower, en el centro de la ciudad.

Los neozelandeses despidieron el año viejo sin lamentos.

El 15 de marzo, un pistolero mató a 51 personas e hirió a docenas más en dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, en South Island. En diciembre, una erupción en la volcánica Isla Blanca, en la costa este de North Island, mató a al menos 19 visitantes y guías turísticos.

COREA DEL SUR

Miles de surcoreanos llenaron las gélidas calles del centro de Seúl antes de la tradicional ceremonia de tañido de campanas cerca del ayuntamiento para despedir a un agotador un 2019 marcado por los escándalos políticos, la decadencia del mercado laboral y el colapso de la diplomacia con Corea del Norte.

Entre las personalidades seleccionadas para tocar la vieja campana de Bosingak a medianoche estaban el lanzador de las Grandes Ligas Hyun-Jin Ryu y Pengsoo, un personaje con forma de pingüino gigante y voz ronca que se convirtió en una de las mayores estrellas televisivas del año en el país.

El acto en la “campana de la libertad” en el parque de Imjingak, cerca de la frontera con Corea del Norte, se canceló por la cuarentena decretada tras un brote de peste porcina africana.




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