Durante los 10 días que los Reyes de España y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, han pasado en Baleares en un tiempo en el que han combinado agenda oficial y algunos momentos de asueto, se ha esperado la comparecencia de doña Sofía junto a ellos. El fin de semana pasado era el momento en el que se daba por hecho que todos se dejarían ver en público en alguna actividad privada, un paseo, un restaurante, una salida en barco…, pero no. No se ha podido obtener una de las fotos más esperadas del verano, la que iba a reunir a madre e hijo tras la marcha de España de don Juan Carlos, ahora instalado de manera provisional en Emiratos Árabes como el lunes confirmó la Casa del Rey. Nada en lo concerniente a la familia real es casual, por eso la incomparecencia de la reina emérita obedece al nuevo guion escrito para los tiempos convulsos que vive la Monarquía española.
Por eso no fue por casualidad que la reina Sofía fuera fotografiada horas antes de los Reyes llegaran a Palma. Ocurrió en uno de los escenarios habituales en los que se mueve la madre de Felpe VI, una de las calles más comerciales de la isla donde se encuentran unos grandes almacenes a los que acude con regularidad. Un fotógrafo captó su imagen con una bolsa de perfumería en las manos. Eran casi las nueve de la noche y la tienda estaba casi vacía. Esa foto no se hubiera hecho si la Casa del Rey no hubiera querido. Esa es la única instantánea que hay de doña Sofía este año en Palma. Algo bien distinto de lo que ocurre otros veranos cuando se prodiga en paseos, asistencia a actos culturales, compras y hasta cine con sus nietos. Tampoco ha habido salida en barco, ni asistencia al concierto de Proyecto Hombre al que acude siempre. La madre del Rey pasa unas vacaciones refugiada en la privacidad que le ofrece el palacio de Marivent. Allí obtener una foto es imposible. La propiedad dispone de varias puertas y salida al mar si es que un día decide navegar.
Durante los días en que los Reyes y sus hijas han estado en Marivent han compartido estancia pero no necesariamente residencia. El palacio posee varias viviendas. En la principal, doña Sofía tiene sus habitaciones privadas y también se encuentra el despacho del Rey y otras dependencias oficiales. Allí recibió la semana pasada don Felipe a Pedro Sánchez. Pero los Reyes pernoctan siempre en Son Vent, una de las casas que se construyeron dentro de la ampliación de Marivent para que cada uno de los hijos de don Juan Carlos y doña Sofía dispusiera del espacio necesario. La edificación principal no es muy grande, de hecho el propio don Felipe ha contado que siendo adolescente le tocó dormir en alguna ocasión en un colchón situado en una terraza cuando había muchos invitados.
Nadie duda de que en estos días, madre e hijo han compartido tiempo. Su relación es estrecha y cómplice desde siempre. Doña Sofía asegura que Felipe VI es en carácter muy parecido a su padre, el que fuera rey Pablo de Grecia. El Rey está decidido a preservar la figura de su madre y a que de alguna manera no desaparezca de la escena pública si es que ella así lo desea. Para ello cuando se produjo el relevo en la corona apoyó que siguiera presidiendo algunas fundaciones y tuviera una pequeña agenda oficial. Independientemente de cuál sea el destino de don Juan Carlos este guion continuará.
El ocultismo de doña Sofía coincidiendo con la presencia de los Reyes en Baleares obedece a dejarles a ellos todo el protagonismo. Una decisión tan contundente que no permitió tampoco que el fin de semana, sin actos oficiales, la familia se dejara ver junta.
Con los Reyes de regreso a Madrid, doña Sofía pasará el resto del mes en Palma con su fiel hermana Irene y a la espera de la visita de algún familiar pero siempre evitando el protagonismo en estos tiempos convulsos y ello pese a que su popularidad en las encuestas aumenta al tiempo que desciende la de su esposo.
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