El opositor ruso Vladímir Kara-Murza, una de las voces más críticas contra el presidente Vladímir Putin desde el inicio de la guerra de Ucrania, ha recibido este lunes el premio Václav Havel, con el que el Consejo de Europa premia cada año una “acción excepcional de la sociedad civil en defensa de los derechos humanos en Europa y más allá”.
El disidente ruso de 41 años, que ha sobrevivido a dos envenenamientos y afronta una posible pena de más de 20 años tras ser acusado la semana pasada de traición por el Kremlin, ha recibido el prestigioso galardón por su “valor para enfrentarse al poder” del Estado de Vladímir Putin, según ha resaltado el presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Tiny Kox. El galardón ha sido recogido en Estrasburgo por su esposa Yevgenia Kara-Murza, que ha anunciado que el montante del premio, 60.000 euros, será usado para crear un “fondo especial para apoyar a las familias de los presos políticos rusos” cuyos seres queridos “se negaron a ser cómplices en el mal perpetrado por el Gobierno” de Putin.
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Kara-Murza es “uno de los líderes opositores y uno de los críticos más consistentes del Gobierno ruso”, destacó Kox al presentar la candidatura ganadora junto a las de los otros dos finalistas: la coalición húngara a favor de los derechos de la comunidad LGTBQ+ Rainbow Coalition/Invalid Campaign for LGBTQIA+ rights y la Ukraine 5 AM Coalition, un conglomerado de asociaciones ucranias que documentan y almacenan pruebas de presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos durante la invasión rusa de Ucrania.
Kox recordó que Kara-Murza denunció la guerra de Ucrania “desde los primeros días” de la invasión, a finales de febrero, y destacó que, aunque podría haberse quedado a salvo en el extranjero, decidió volver a su país, donde fue arrestado en abril y ahora afronta una nueva condena que podría mantenerlo encarcelado durante las próximas dos décadas. “Se requiere un increíble valor en la Rusia de hoy para enfrentarse al poder establecido, y hoy Kara-Murza está demostrando ese valor desde su celda en prisión”, subrayó el alto representante del Consejo de Europa.
En un mensaje leído por su esposa, Kara-Murza lamentó no poder recibir el premio en persona, pero recordó que el inspirador del galardón que este año celebra su décima edición, el intelectual y expresidente checo Václav Havel, también fue un preso político. “Havel dijo una vez que si el principal pilar del sistema es la mentira, entonces su mayor amenaza es la verdad, y que por eso hay que suprimirla. La realidad del régimen de Vladímir Putin en Rusia lleva estas palabras a su máxima expresión”, leyó Yvegania Kara-Murza en nombre de su marido.
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“Con su invasión brutal de Ucrania, también empezó otra guerra, la guerra contra la verdad en nuestro país”, continuaba el mensaje, en el que el disidente ruso recordó que “desde febrero, los medios independientes rusos que quedaban han sido silenciados, las autoridades han impuesto una censura casi total en internet y las redes sociales, mientras nuevas leyes aprobadas con premura han criminalizado la oposición pública a la guerra con hasta 15 años de cárcel”.
“Igual que en la Checoslovaquia comunista que encarceló a Havel, en la Rusia de hoy, decir la verdad es considerado un crimen contra el Estado ruso”, denunció el activista ruso, antiguo asesor de Boris Nemtsov, asesinado en el puente del Kremlin en 2015, y coordinador de la Fundación Rusia Abierta de Mijaíl Jodorkovski, declarada “organización indeseable” por las autoridades rusas.
Rusia abandonó el pasado marzo el Consejo de Europa, el organismo con sede en Estrasburgo que concede el galardón, tras acusar a la Unión Europea y la OTAN de impulsar el “camino hacia la destrucción” de una institución que también ha condenado en duros términos la invasión de Ucrania. El premio se conoce apenas unos días después de que el Comité Nobel galardonara con el Premio Nobel de la Paz a dos organizaciones y un ciudadano que también se han enfrentado a Putin y a uno de sus mayores aliados, el presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko: la fundación rusa Memorial, liquidada por el Kremlin y la justicia rusa a finales del pasado año; el Centro para las Libertades Civiles ucranio y al director de la ONG bielorrusa Viasná, Ales Bialiatski, que en 2013 también recibió el premio Havel ahora atribuido a Kara-Murza.
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