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El origen del ‘homo sapiens’ y la inexistencia de razas

En los últimos tiempos han aparecido evidencias nuevas sobre el origen del Homo sapiens que indicarían la no existencia de razas. Todo apunta a que no existirían las razas tal y como las conocemos, sino una especie única que tendría un origen común africano y que estaría interconectada, donde las diferencias serían más bien superficiales. Un cambio que por sí mismo debería descartar el concepto racial que solemos utilizar.

Los fósiles hallados dan una nueva visión sobre el «Homo sapines» y las razas. El año pasado en la revista Nature se daba la noticia de unos hallazgos de fósiles que determinaron que los fósiles hallados en Jebel Irhoud (Marruecos) y que datan de hace 315.000 años, pertenecen a una etapa temprana en la evolución de nuestra especie y son los de mayor antigüedad encontrados hasta el momento.

Estos descubrimientos de Jebel Irhoud han ayudado a comprobar que las raíces de la humanidad se encuentran en África. Los fósiles africanos están integrados en una línea que va desde las formas humanas más antiguas hasta ahora que no están presentes en otra parte de nuestro planeta.

Muchos estudios dejan claro que la primera dispersión de humanos fuera del continente africano data de unos 60.000 años, lo que da que pensar, pues nuestra especie habría pasado buena parte de su existencia en el continente africano.

Todo esto «encaja» respecto a los estudios moleculares realizados, donde gran parte de las variables genéticas los encontramos en África. Este continente es donde los diferentes grupos humanos del resto del planeta son solo diferentes ramas que descienden del tronco «madre» que sería el africano y donde las diferencias no son más que adaptaciones sobre un mismo fondo.

Los diferentes estudios sobre el origen del «Homo sapiens» parecen ir en la misma línea

Podemos ver como todo esto tiene el refuerzo de otros estudios, caso del biólogo evolutivo escandinavo  Svante Pääbo, que mantiene que los humanos que hoy conocemos se mezclaron en Eurasia con neandertales y miembros de una especie relacionada llamada denisovanos, además de una especie desconocida africana.

Nuestra especie, por lo que demuestran los marcadores genéticos, ha estando lidiando con el mestizaje durante su historia, siendo ello clara consecuencia de las migraciones y de los contactos entre los diferentes grupos de seres humanos.

Podríamos decir que, como muchos científicos defienden, no existen únicamente razas en sentido biológico y tampoco tendrían fronteras definidas, pues todos a lo largo de la historia han estado en contacto e intercambiando variantes en lo genético.  Todo ello da lugar a que la «pureza» como tal, sea complicada de sostener.


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