Nilda Novas, católica de nacimiento y fiel al santuario de la Virgen de la Caridad en Miami, no concibe la escasez de hostias, reportada por las hermanas carmelitas descalzas de La Habana, monjas de clausura del convento homónimo que desde la década del 60 producen hostias para todas las diócesis de Cuba.
En el documental ‘Un millón de hostias’, la madre superiora del monasterio de las carmelitas descalzas, revela: “no tenemos hostias para distribuir a la isla por la escasez de harina”.
Así dijo vía telefónica la madre superiora del Monasterio Capitalino, donde con suministros del gobierno, han elaborado las hostias que se consumen en diferentes diócesis del país.
“Todas las diócesis, piden un mínimo de 20,000 y a partir de ahí 20, 30,000, eso depende de la cantidad de fieles, de las celebraciones eucarísticas que tengan sí son más seguidas”.
Por su parte, José Baldrich, sacerdote cubano de visita en Miami, se refiere a la hostia como “el pan eucarístico, que es el cuerpo del señor, cuerpo sangre, alma y divinidad”.
La actual escasez de harina ha llevado a algunas empresas estatales a promover incluso el uso de harina de yuca para la producción de panes y pizzas. Una alternativa que no aplica en la elaboración de hostias en la iglesia católica cubana.
La madre superiora del monasterio de las carmelitas descalzas “es considerable porque solamente aquí en La Habana al mes serían unas 100,000 hostias pequeñas y unas 50,000 grandes”.
El padre José Joaquín Espino, rector del santuario nacional de la Virgen de la Caridad, dice “como es algo que ya sabíamos que venía, ya se ha mandado a las hermana por contenedor, suficiente harina para 6 meses”.
A esa ayuda, se suma la que feligreses y sacerdotes continúan llevando de mano a mano.
“Desde aquí varios sacerdotes que han pasado por la Ermita se han llevado maletas de hostias especialmente para La Habana y otros lugares”, dice el padre José Joaquín Espino, rector del santuario nacional de la Virgen de la Caridad.
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