NURSULTÁN, Kazajistán – El papa Francisco junto con otros 80 líderes religiosos rezaron este miércoles en silencio por la paz, cada uno con su credo, en la apertura del congreso sobre religiones al que asistió y que era el principal motivo de su visita a Kazajistán, adonde llegó este martes.
Francisco llegó en silla de ruedas acompañado del presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, y después se sentó en una enorme mesa redonda junto con el resto de líderes religiosos en el palacio de la Independencia de Nursultán y durante algunos segundos se mantuvieron en silencio.
El congreso, que se celebra cada tres años, ha reunido a más de un centenar de delegaciones de 50 países para abordar “el papel de los líderes de las religiones mundiales y tradicionales en el desarrollo espiritual y social de la humanidad en el período pospandémico”, aunque evidentemente la guerra en Ucrania estará muy presente.
Tras el discurso del presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, el papa tomará la palabra y después tiene previsto reuniones bilaterales con los diferentes líderes religiosos presentes.
Aunque pesará mucho la ausencia del patriarca ortodoxo ruso, Cirilo, que en un primer momento iba a acudir, lo que abría la posibilidad de un segundo encuentro entre ambos y una oportunidad para mediar en la guerra en Ucrania.
Sin embargo, Cirilo decidió cancelar su participación sin dar explicaciones, pero en su lugar, sentado muy cerca del papa en la mesa, se envió al metropolitano Antonij, nuevo responsable del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú.
La cuestión religiosa marca a Rusia y Ucrania.
Es de esperar un encuentro del enviado del patriarcado ortodoxo de Moscú con el papa y aunque todavía no hay una lista concreta de las personas con las que se reunirá Francisco, es posible que se produzca la sexta reunión con el gran imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb.
Además del papa Francisco sentados en la gran mesa redonda del palacio de la Independencia se encontraban el gran rabino asquenazí de Israel, David Lau; el gran rabino sefardí de Israel, Yitzhak Yosef; y el patriarca Teófilo III de Jerusalén, mientras que enviará un vídeo el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
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