El Parlamento de Pakistán destituyó este sábado al primer ministro de Pakistán, Imran Khan, después de que el gobernante perdiera la votación de una moción de censura que le convierte en el primer jefe de Gobierno en la historia del país en ser expulsado del poder por ese procedimiento. La moción de censura presentada por la oposición tras varias semanas de crisis política en este país del sur de Asia fue aprobada con el voto a favor de 174 de los 342 diputados de la Asamblea Nacional, la Cámara Baja paquistaní.
Khan, de 69 años, quien no estaba presente en la votación, había intentado previamente todo tipo de maniobras para mantenerse en el cargo, incluyendo la disolución de la Cámara y la convocatoria de nuevas elecciones en tres meses por “injerencia extranjera”, pero el Tribunal Supremo del país declaró ilegal esta medida la semana pasada y ordenó al Parlamento que se votara la moción de censura. En el último momento, el presidente de la Asamblea y su adjunto, aliados de Khan desde el inicio de la crisis, se vieron obligados a dimitir tras haber intentado impedir que se llevara a cabo la votación. Otro parlamentario asumió la presidencia y la moción se votó sin los diputados del partido de Khan, el Movimiento por la Justicia de Pakistán (PTI), que abandonaron la Cámara.
Imran Khan, una antigua estrella del críquet —el deporte nacional de Pakistán— fue elegido primer ministro en 2018 con la promesa de acabar con décadas de corrupción y amiguismo, pero tuvo que gestionar la debilidad de la moneda nacional, una inflación persistente y el peso de la deuda pública. Ningún jefe de gobierno ha logrado concluir su mandato en Pakistán desde la independencia del país en 1947, pero Khan es el primero en caer por el voto de una moción de censura parlamentaria.
En un mensaje a la nación el viernes, el primer ministro aseguró “aceptar la resolución del Tribunal Supremo” pero volvió a repetir sus acusaciones de los últimos días, en las que afirma ser víctima de una conspiración urdida por Estados Unidos. Khan acusó a la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N) y al Partido del Pueblo Paquistaní (PPP), los dos partidos que dominaron durante décadas, junto al ejército, la vida política del país, de negociar con Estados Unidos su salida del poder, algo que Washington niega. Según Kahn, Washington lo tiene en su punto de mira por sus críticas a la política estadounidense en Irak y Afganistán, y por sus declaraciones de apoyo a los talibanes en el país vecino.
El Parlamento no ha indicado hasta el momento cuándo designará al sucesor del primer ministro, aunque el líder de la oposición, Shehbaz Sharif (PML-N), se erige con fuerza como el candidato para dirigir este país de 220 millones de habitantes y de población mayoritariamente musulmana. “Pondremos un bálsamo en las heridas de la nación”, dijo Sharif, de 70 años y hermano pequeño de quien fuera tres veces primer ministro del país, Nawaz Sharif, inmediatamente después de que se anunciara el resultado.
Además de los problemas económicos, la seguridad también es un desafío en Pakistán, con los talibanes paquistaníes envalentonados por la toma del poder de este grupo islamista en el vecino Afganistán. El ejército, un actor clave en la política de un país que pasó tres décadas bajo un régimen militar —y al que se acusó de apoyar a Khan en 2018—, no se pronunció públicamente en los últimos días, si bien la votación de la moción de censura se produjo después de que el poderoso jefe del ejército, el general Qamar Javed Bajwa, se reuniera con Khan, según fuentes citadas por la agencia de noticias Reuters.
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