Leve balón de oxígeno para Frontex. El grupo de 15 eurodiputados, constituido el pasado febrero para investigar la responsabilidad de la agencia comunitaria en la violación de los derechos humanos, “no ha encontrado pruebas concluyentes sobre la realización directa de devoluciones o expulsiones colectivas de migrantes por parte de Frontex”, concretamente hace un año en el mar Egeo, según las conclusiones finales de una investigación que se presentará este jueves en la Eurocámara y a las que ha tenido acceso este diario. Eximida esta responsabilidad, sin embargo, el documento, detalla una larga lista de mala praxis de la agencia -incluido su director ejecutivo, Frabrice Leggeri-, descuidos y “deficiencias” en la protección de los derechos humanos. Frontex “sabía” que había pruebas que demostraban la violación de derechos humanos en los países donde se estaba llevando alguna operación de vigilancia y rescate -fundamentalmente Grecia- y que la agencia, en ocasiones, las “ignoraba”. Cal y arena.
La investigación, liderada por la holandesa Tineke Strik, de Los Verdes, se centra en las decenas de denuncias por parte de ONG, artículos de prensa y organismos internacionales de malas prácticas, a veces con violencia, y devoluciones en frontera en alta mar —lo que ahora se denomina pushbacks— por parte de agentes de Frontex pertenecientes a la policía griega en aguas del mar Egeo. Unos actos que en el último año han convertido a Frontex en el objetivo de todas las críticas y han situado a su máximo responsable, Fabrice Leggeri, bajo la lupa de eurodiputados, ONG, la Oficina Antifraude y hasta el Tribunal de Cuentas de la UE.
El esperado documento, de 21 páginas, corrobora que estas actuaciones ilícitas sí tuvieron lugar, pero estipula que la agencia europea no es directamente responsable de ello; y achaca lo sucedido a la ausencia de medios, como oficiales expertos en derechos humanos y la falta de coordinación en las operaciones de vigilancia y rescate con las autoridades del Estado miembro donde se llevan a cabo. Hay “deficiencias en los mecanismos de Frontex para monitorear, informar y evaluar situaciones de derechos fundamentales”. Es decir, la culpa es de la falta de medios.
La investigación en sí nació como un proyecto polémico ante la negativa de ciertos grupos de la Eurocámara, fundamnetalmente la derecha, de poner a Frontex bajo el escrutinio y bajo unas acusaciones tan graves. Sin embargo, la presión de ONG y organismos internacionales como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Regufiados (Acnur) obligó a la Eurocámara a crear un grupo de expertos para dirimir responsabilidades. Tras estos meses de entrevistas, visitas al terreno y audiencias a las partes, el informa ha visto la luz, no sin polémica. La izquierda lo tacha de tibio, pero fuentes del grupo de investigación consideran que “dadas las circunstancias” y las dinámicas parlamentarias, las conclusiones son “honestas”. Las conclusiones fueron aprobadas por mayoría y cada grupo matizará este jueves su posición particular.
Críticas al director ejecutivo
Pese a este respiro de Leggeri, que no es nombrado directamente ni una sola vez en el documento, el grupo de expertos dedica todo un capítulo a volcar crítica tras crítica contra su jefatura. “Ha quedado claro que el director ejecutivo [Fabrice Leggeri] en repetidas ocasiones no respondió a recomendaciones, opiniones, consejos, evaluaciones o solicitudes de información tanto de la oficial de derechos humanos como del consejo consultivo”. El grupo lamenta, prosigue el documento, que Leggeri “no haya respondido o dado seguimiento a las numerosas expresiones de inquietudes, recomendaciones, opiniones u observaciones presentadas por la oficial de derechos humanos en el transcurso de cuatro años”. De hecho, durante estos últimos meses, la Comisión Europea instó a Leggeri hasta dos veces por carta a que enviase información relevante para que el grupo de investigación pudiera efectuar sus pesquisas.
Además, los 15 eurodiputados, asistidos durante estos meses por analistas y expertos en materia migratoria a nivel internacional, dicen que ha observado “con preocupación” que Leggeri “está retrasado la contratación de los tres directores adjuntos”. Estos nombramientos de los tres directores estaban previstos para la pasada primavera, pero ahora, según fuentes de la agencia, habrá que esperar hasta al menos después del verano para ver a quienes les dan el puesto.
Dado que los fondos económicos de Frontex aumentan exponencialmente y que los Estados miembros son extremadamente celosos a la hora de delegar la gestión de sus fronteras y de la inmigración, las luchas de poder por una dirección adjunta en la agencia llevan meses fraguándose, con España peleando por uno de los puestos. En este sentido, el grupo de la Eurocámara dice estar “muy preocupado por la insuficiencia de controles y equilibrios [de poder] dentro de la Agencia”.
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