El Parlamento irlandés elige a Micheál Martin primer ministro tras el acuerdo de una gran coalición

El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, el pasado domingo en Dublín
El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, el pasado domingo en DublínBrian Lawless/PA Wire/dpa / Europa Press

El Fine Gael (FG) y el Fianna Fáil (FF), los dos partidos que se han repartido el poder en la República de Irlanda en el último siglo, han sido capaces de forjar un principio de acuerdo de Gran Coalición para gobernar juntos. Ambos fueron los grandes derrotados de las elecciones generales del pasado febrero, en las que el brazo político de la organización terrorista IRA, el Sinn Fein (SF), logró colocarse en primera posición al responder mejor que ninguna otra formación a las ansias de cambio del electorado irlandés. Externamente, y para todos aquellos que, aun con la nariz tapada, votaron por un vuelco de la situación, puede dar la impresión de que la maniobra es un intento desesperado del bipartidismo por aferrarse al poder. Pero internamente es toda una convulsión política, que responde a la situación de crisis que el país, como el resto de Europa, sufre a consecuencia de la pandemia global del coronavirus. La rivalidad de ambos partidos es extrema, hasta el punto de que el más izquierdista de ellos, el Fianna Fáil, se había comprometido a no entrar nunca en un Gobierno compartido. El hasta ahora primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, del Fine Gael, sobrevivió a duras penas durante su mandato gracias a un pacto de legislatura por el que sus rivales le daban el apoyo parlamentario imprescindible para no caer.

El FF tiene 37 escaños parlamentarios y el FG otros 35, así que la suma de ambos no alcanza la necesaria mayoría de 80 diputados. El SF obtuvo en febrero su cifra histórica más alta, con 37 parlamentarios, y superó en número de votos a las otras dos formaciones. El acuerdo alcanzado deberá ser sometido ahora a la consideración del resto de fuerzas minoritarias, como los laboristas, los verdes, los socialdemócratas o la agrupación independiente de Solidarity-PBP. Para vencer resistencias, el programa de gobierno, por el que ambos partidos se turnarán en el puesto de primer ministro y tendrán igualdad de poder e influencia durante cinco años, se ha limitado a puntos muy básicos y ofrece una promesa de cambio que copia las ofertas del SF sin mencionarlo expresamente. Especialmente en los dos problemas principales de los que el brazo político del IRA hizo bandera durante la campaña: la carestía y escasez de vivienda y las pensiones para los jubilados.

Pero será sobre todo la respuesta al coronavirus, con el compromiso de que nada distraiga la atención del nuevo Gobierno hasta que la crisis no sea encauzada, la prioridad de las dos formaciones. La líder del SF, Mary Lou McDonald, quien intentó sin éxito forjar una coalición con el resto de partidos minoritarios en los días posteriores a su victoria, ha sido precisamente uno de los miles de infectados por el virus en la isla, y se encuentra actualmente en fase de recuperación.


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