El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, ha prometido este domingo un Gobierno inclusivo y abierto a la oposición, tras ganar su partido las sextas elecciones generales del pasado 21 de junio, que calificó de “únicas e históricas”.
“Aunque el Gobierno se formará a partir de un partido elegido, gobernar el país y su gente no quedará en manos del partido gobernante y sus líderes”, ha afirmado Abiy en un mensaje publicado en sus redes sociales. “Por lo tanto, los partidos de oposición tendrán representaciones considerables en el nuevo Gobierno que establecerá el Partido de la Prosperidad (PP) en los próximos meses”.
Más información
El mandatario también abogó por “establecer instituciones fuertes e independientes y por dar “prioridad a la reducción de la brecha política entre la sociedad y el país en general”. “La suerte de un terreno político común entre la sociedad ha abierto espacio para nuestros adversarios y prestaremos la debida atención para reparar la división y cerrar la puerta a nuestros oponentes”.
Abiy hizo esos comentarios después de que su partido, el PP, fuera este domingo declarado ganador de los comicios por la Junta Electoral Nacional de Etiopía (NEBE). “Etiopía está experimentando un cambio en la historia. Construiremos un país mejor con este proceso de cambio”, concluyó el primer ministro.
El PP logró 410 de las 436 circunscripciones representativas de ese número de escaños en la Cámara Baja del Parlamento federal -de un total de 547 asientos- que concurrieron a las urnas. Esta victoria tan rotunda asegura a Abiy un nuevo mandato de cinco años en la jefatura del Gobierno.
Los escaños de las circunscripciones restantes están aún pendientes porque en unas zonas se están recontando los votos por irregularidades, y en otras no se celebraron los comicios por motivos logísticos o de seguridad, como en la norteña región de Tigray, sumida en una guerra desde noviembre pasado.
Estos comicios, anunciados como los más democráticos de la historia de Etiopía, suponen la primera prueba ante las urnas del mandatario, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2019, desde su llegada al poder en 2018 con un programa muy reformista.
Más de 40 partidos presentaron candidatos alternativos al PP, que partía como gran favorito ante una oposición fragmentada e integrada por formaciones más pequeñas que representan a grupos étnicos en un país con más de 80 etnias. Además, los dos grandes partidos opositores de la región de Oromía, la más poblada de Etiopía y hogar de los oromos (primer grupo étnico del país), boicotearon los comicios en protesta por el encarcelamiento de sus líderes.
Pese a la ausencia de la misión de observación electoral de la Unión Europea, cancelada el pasado mayo por considerar que no se cumplían las “condiciones necesarias” y por desacuerdos con las autoridades etíopes, los observadores de la Unión Africana (UA) indicaron que las elecciones se llevaron a cabo razonablemente bien, pese a errores técnicos e irregularidades en algunos centro de voto.
Según la Unión Africana, la votación se desarrolló, en términos generales, “de manera ordenada, pacífica y creíble” a pesar de los grandes desafíos operativos, de seguridad, políticos y sanitarios. “No hubo nada, a nuestro juicio, que perturbara la conducción de elecciones creíbles. La misión, por tanto, felicita a todos los etíopes por demostrar compromiso con el desarrollo democrático del país”, señaló la misión de la UA en un informe preliminar.
Ofensiva armada
Asimismo, la votación se desarrolló bajo la sombra del conflicto en Tigray, donde el Gobierno federal lanzó una ofensiva armada en noviembre contra el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), partido gobernante hasta entonces en esa región.
Aunque Etiopía celebra elecciones desde 1995, ninguna votación había sido realmente competitiva a excepción de los comicios de 2005, en los que la disputa por los resultados causó graves disturbios y la muerte de al menos 200 manifestantes a manos de la Policía, así como el encarcelamiento de líderes de la oposición.
Source link